Cultura

Las Palabras Tienen la Palabra

Donde nacieron las palabras

Juan Recaredo

Arturo Ortega Morán tiene una obsesión: conocer el origen de las palabras. En ese sano afán obsesivo incluye también el deseo de conocer el origen de algunas expresiones que han trascendido a través del tiempo.

¿De dónde surgió, por ejemplo aquella frase que dice “Ladran Sancho, eso quiere decir que cabalgamos” si, como aclaran los expertos, en el texto original de “El Quijote” que escribió Don Miguel de Cervantes, no aparece?

Cuando se enfrenta con expresiones como “la media naranja”, “será el sereno” y algunas más, que los mexicanos y muchos otros hispanohablantes utilizamos sin sentir la menor preocupación por su origen, Arturo no se queda tranquilo y va y saca “de no sé dónde” algunos libros viejos, antiguos recortes de periódico y busca y encuentra datos interesantes que publica con mucho gusto.

Así ha logrado que le editen varios libros donde comenta los resultados de sus investigaciones y ahora ha puesto en circulación un nuevo libro que se titula “El lado oscuro de las palabras”, integrado a una serie editorial que se identifica como “De dónde viene”.

En una especie de prólogo dice mi amigo en su nuevo libro: “¡Ah, las palabras!, se nos parecen tanto. Las hay largas, las hay cortas, las hay viejas, las hay nuevas y las hay muertas. Viajeras en el tiempo y el espacio, que en su larga travesía han ido recogiendo nuestra historia”.

Tomándola como ejemplo, confieso que la expresión de la media naranja, nunca hasta ahora me había causado la menor inquietud: a la pareja se le llama la media naranja porque todos nos sentimos incompletos hasta que encontramos una persona con la que decidimos compartir la vida hasta que la muerte (o el divorcio) nos separe.

Ortega Morán no se conforma con eso. Admite que eso es creencia general, pero agrega otra versión que dice que en los siglos tal y tal, construir un templo llevaba muchos años, a veces hasta siglos y lo último que se construía era la cúpula que en el argot de los arquitectos la llamaban precisamente la media naranja.

Generaciones completas iban y venían, nacían y morían y muchos se iban sin ver terminado su templo. Por eso llenaba de contento a la feligresía que un buen día se instalara la media naranja y que así, finalmente la iglesia luciera completa.

Así, en “El lado oscuro de las palabras”, está la explicación de expresiones como “Será el Sereno”, “Las paredes oyen”, “Santo y seña”, y algunas más que hacen de este libro una lectura por demás interesante.

Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es [email protected]

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PREGUNTA DEL PÚBLICO:

César René González: ¿Por qué se les llama curas a los sacerdotes?

RESPUESTA:

El verbo curar no sólo significa aliviar sino también cuidar. Antiguamente los sacerdotes, aparte de los oficios religiosos se dedicaban a cuidar enfermos como lo hacen aún algunas órdenes religiosas, especialmente de monjas.

Me retiro con esta frase: Puede ser un héroe lo mismo el que triunfa que el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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