Opinión. Las agresiones dentro de los planteles educativos siempre han existido, sólo que ahora le pusimos nombre.
El bullying no es un fenómeno aislado, sino reflejo de un problema social importante en el que influyen muchos elementos de cuestiones políticas y organizacionales en las escuelas y personales, consideró Sergio Molano Romero.
El académico de la Universidad Iberoamericana (UIA) consideró que esos factores "pueden ser atendidos desde intervenciones educativas concretas, atención particular a individuos o grupos que tiene que ver con el establecimiento de políticas educativas".
El catedrático del Departamento de Psicología de esa casa de estudios señaló que también las instituciones universitarias deben tener una voz importante en este fenómeno, que no es nuevo. "Tiene muchísimo tiempo, tiene el mismo tiempo que la institución escolar, siglos, la gran diferencia es que ahora le ponemos nombre, lo conocemos, lo podemos estudiar, lo podemos comprender, y a la vez que lo podemos prevenir", expresó. Recordó que en la secundaria había quizá actitudes similares, "había víctimas y victimarios, pero no se llamaba de la misma manera y no habíamos reconocido el impacto que la violencia y el hostigamiento entre los escolares tenía en esa época".
Añadió, los "adultos estamos viviendo los resultados de esos actos de acoso y hostigamiento de cuando éramos niños. Lo que es nuevo es que le hayamos puesto nombre y lo hayamos podido comprender", aseveró.