'Peregrinan' y llevan alegría a enfermos

Con una sonrisa que hizo a un lado el dolor a causa del cateterismo que se le realizó, el pequeño de cinco años alzaba las manos para recibir regalos. Uno a uno se los ponía después en la camilla de su habitación del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez.

"Santaclós no, Santaclós no, me da miedo", decía el niño Ángel, quien vio entrar a una joven representando a la Virgen María, con el niño Jesús en los brazos y a un muchacho, disfrazado de José.

"Santa no viene", le decía su madre Alma Defina Córdova, al pequeño a quien luego de nacer se le diagnosticó una Anomalía de Ebstein, que le ha dado algunos problemas, pero que dentro del mal, su madre y su padre Marcos Erasmo Maldonado, le dan gracias a Dios que aunque hubo momentos delicados, sobre todo en las dos cirugías que le han realizado, a sus cinco años de edad sigue siendo "el rey de la casa y sus dos hermanas (de uno y dos años) las reinas".

Ángel prefirió quitar la envoltura primero a un cobertor enrollado que inmediatamente se puso en las piernas y que fue uno de los obsequios que le entregaron al igual que a los más de 250 pacientes del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez en el tradicional Recorrido Navideño que hacen desde hace casi 70 años autoridades del nosocomio, familiares de éstos, niños y jóvenes voluntarios, así como representantes de fundaciones benefactoras, entre los que se encontraba Enrique Bustamante, director de la Fundación Ealy Ortiz.

Durante ese recorrido, piso por piso, en el que participaron nietos y bisnietos del maestro Ignacio Chávez, uno de los visitados fue Ángel, quien cambió la sonrisa por el llanto al insistir que Santa le daba miedo.

El pequeño originario de Hermosillo, Sonora, entre sollozos decía: "Me da miedo. Viene Santa, me da miedo el Santa". Se repuso cuando su madre le insistió que no llegaría ahí Santa y al recibir más regalos, le regresó la sonrisa al rostro.

Santiago, decía, es su mejor amigo y su mejor amiga Vivián, compañeros de tercero de preescolar en una escuela de Hermosillo, a quienes dijo, extraña mucho, al igual que a sus hermanas Alison y Sofía, de uno y dos años de edad.

"Alison es la primera reina y Sofía la segunda reina", comentaba Ángel, quien sostenía que él era el Rey y su mamá lo reafirmaba, como también que era un ángel al que a veces le salían cuernitos, por travieso y que de grande quiere ser beisbolista.

Aficionado a los Naranjeros, Ángel, quien presume saber cuáles son todas las partes de una computadora, dice que aspira a ser bateador y jugar en el estadio Sonora y saludar a Beto "El Coyote", la mascota de los Naranjeros.

A 10 días de internado en el Instituto, su madre confía en que ante la excelente atención y buenos resultados, de acuerdo a lo que le han dicho los médicos que la próxima semana den de alta al pequeño Ángel, a quien su mamá recuerda que lo bautizaron con ese nombre porque cuando nació un doctor le dijo que su situación era muy complicada y que se lo ofrecieran a Dios que éste tendría un ángel más en el cielo.

Marco Antonio Martínez Ríos, director general del Instituto, subrayó que como a Ángel, otros, incluyendo recién nacidos, son atendidos con resultados favorables y que en esta fecha, se aprovecha para llevarles un momento de alegría y un sencillo obsequio en el recorrido navideño, luego del cual, diariamente, con excepción de sábados y domingos, se hace una posada tradicional mexicana, que disfrutan los pacientes de todas las edades, con diversos padecimientos como cardiovasculares, renales, pulmonares, cardiopatías congénitas y quienes sufren algún infarto.

Es una tradición que inició el fundador del Instituto, Ignacio Chávez y que se ha procurado seguir con la participación de todos los doctores, enfermeras, especialistas, empleados de las diferentes áreas, familiares y voluntarios, quienes llevan un momento de alegría a los pacientes.