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¡Y sacarles hasta la última moneda!

El Filósofo de Güémez

RAMÓN DURÓN RUIZ

En el año 55 A.C. Marco Tulio Cicerón pronunció una frase tan vigente, como sabia: "El Presupuesto debe equilibrarse; el Tesoro debe ser reaprovisionado; la Deuda pública debe ser disminuida; la Arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada y la Ayuda a otros países debe eliminarse; para que Roma no vaya a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa del estado". El tiempo le dio la razón.

La moraleja es profunda; hoy para que en la Alternancia Democrática el Estado mexicano funcione, es necesario que nuestros políticos tengan muy arraigado el sentido de Patria, que se den tiempo para pensar a México desde el Municipio, hoy más que nunca se hace necesario refundar el Estado Mexicano desde lo local.

El fin de semana pasado, la Secretaria de Gobernación a través del INAFED, que atinadamente dirige el experimentado político José Antonio González Kuri y el Gobierno de Veracruz, por conducto del Instituto Veracruzano Para el Desarrollo Municipal, que dirige la talentosa Lic. Marilda Rodríguez Aguirre, organizaron el Foro Internacional "Desde lo Local", en Boca del Río, Veracruz, evento que contó con la presencia de un impresionante número de Presidentes Municipales de los 31 Estados de la República.

En el evento asistieron los Coordinadores Estatales de Desarrollo Municipal, además de académicos de 131 Instituciones Educativas, participaron los Doctores Raúl Olmedo, Alejandro Chávez Presa, Mauricio Merino y el Lic. José Antonio González Kuri y modestamente -en la cena y en la comida- este Filósofo.

En un país con 2,445 municipios con un rico mosaico pluricultural; mientras 11 municipios cuentan con más de un millón de habitantes, en el otro lado de la balanza, hay 161 municipios que tienen menos de mil habitantes, en su inmensa mayoría con una hacienda municipal con escasos recursos para sobrevivir.

De la triquiñuela jurídica urdida por Hernán Cortes en 1519, al fundar el municipio de la Vera Cruz, a casi 500 años de distancia, el municipio mexicano se ha convertido en la fuente primaria, desde donde se fragua la Alternancia Democrática.

Centenas de municipios en vez de ocuparse en crecer, generar empleos, atender los servicios públicos, abatir la pobreza, trabajar en una seguridad pública eficiente, apenas pueden subsistir, la mayoría endeudados, sin una base jurídico-económica que garantice las pensiones de sus trabajadores.

En el fondo exigen un replanteamiento a la Ley de Coordinación Fiscal, para que fortalezca la economía del municipio mexicano, que los conduzca a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

En el municipio se dan y se resuelven las necesidades básicas de la población, es ahí donde la sociedad mexicana se encuentra consigo misma.

Por ello me parece trascendente, -para bien de nuestra democracia-, que desde la Secretaría de Gobernación se reconozca el esfuerzo de cientos de alcaldes, de todas las filiaciones políticas, que a pesar de contar con limitaciones financieras, de equipo, de capacitación, profesionalización, especialización, dan la cara al ciudadano, afanándose en pasar del sufragio efectivo a la democracia efectiva.

Resulta que una señora, está comiendo con su niño, en un restaurante; sin que ella se dé cuenta el chiquillo, que hace juegos malabares con una moneda, se la mete en la boca y se le atora. Desesperada la señora trata de sacarla pegándole en la espalda y el cuello -sin buenos resultados.

El niño principia a asfixiarse, la madre angustiada grita solicitando ayuda. De la mesa del fondo se levanta un caballero elegantemente vestido, con una tranquilidad -que el mismo San Francisco envidiaría- le baja los pantalones al niño, toma sus pequeños testículos, se los aprieta con fuerza y jala hacia abajo bruscamente.

Ante tan inaguantable dolor, como por arte de magia, el niño escupe violentamente la moneda, después el hombre, con la misma asombrosa calma con la que llegó, regresa a su asiento. La señora, después de llorar y abrazar al niño, una vez pasado el susto, se acerca a darle las gracias y le pregunta:

-Disculpe, pero: ¿Es usted Doctor?

-No señora, ¡soy auditor!, especialista en apretarle "aquello que le platiqué" a la gente… ¡Y sacarles hasta la última moneda!

www.filosofoguemez.mx

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