Una compañía química internacional líder en tecnología y seguridad, arrancó desde el pasado 10 de diciembre las operaciones de su propio gasoducto, proyecto pionero en la región con capacidad para conectar a más empresas.
En entrevista, el director de Celanese, Antonio Rodríguez, informó que el gasoducto de 10 pulgadas y 27 kilómetros de largo es un proyecto seguro y totalmente amigable con el medio ambiente, que cumple con todas las medidas de seguridad.
Explicó que el gasoducto se conecta al Sistema Nacional de Ductos de Pemex en la población jalisciense de Tototlán para continuar el camino de traslado, por derecho de vías federales, hasta Ocotlán para finalmente llegar a Poncitlán e internarse a la empresa.
Indicó que la Comisión Reguladora de Energía dio la certificación al pasar todas las pruebas y por fin el gasoducto ya se encuentra operando una vez que Pemex también autorizó abrir sus válvulas para comunicar el gas natural a la empresa.
“También la oficina estatal de Protección Civil, previa visita de inspección, dio su aprobación y finalmente ya fluye el gas, lo más importante es que nuestras calderas que antes consumía combustóleo al día de hoy consumen gas natural”, dijo.
Recordó que el gas natural es un combustible muy limpio, no expide humo y reduce en un 35 por ciento las emisiones de CO2 y por ende, disminuye el efecto invernadero, en beneficio de los asentamientos más cercanos a la planta.
Añadió que otra de las cosas más importantes de este gasoducto, que es único en la región, es que está diseñado para que otras empresas presentes o futuras en la región de la Ciénega de Chapala se puedan conectar para utilizar gas natural, lo cual fue acordado con la Comisión Reguladora de Energía.
Aseguró que la compañía química, que arrancó operaciones en esta región en 1944, es pionera en promover la industrialización con un proyecto amigable con el medio ambiente.
“Este es el segundo gasoducto de la compañía, el primero es más pequeño, de cuatro pulgadas, y ante las necesidades de la planta en julio de 2010 iniciamos este proyecto más grande. Por ahora somos los únicos consumidores en ambos gasoductos”, refirió.
Agregó también que disminuyeron los riesgos tanto en la planta como en las poblaciones circunvecinas, debido a que cuando utilizaban combustóleo se necesitaban 12 pipas por día de 35 toneladas cada una, mismas que circulaban por carreteras del país y en zona urbana de Ocotlán hasta llegar a esta empresa.
“Las pipas entraban a la planta, se descargaban en tanques y alimentábamos las calderas como combustible, y con el gasoducto se elimina todo el transporte terrestre y ya no se tiene almacenado gas dentro de la empresa, lo cual reduce los riesgos en forma importante”, detalló.
El gasoducto tendrá una supervisión constante por parte de una Unidad Verificadora autorizada por la Comisión Reguladora de Energía. Está enterrado a 1.50 metros de profundidad en promedio, es decir, a una profundidad mayor de la que establece la Norma Oficial Mexicana (1.20 metros).
Cuenta con válvulas automáticas de corte del flujo del gas en caso de fuga o presión alta, asimismo, cuenta con válvulas de seccionamiento, para asilar tramos de la tubería en caso de que se presentara algún incidente.
No existe almacenamiento de gas, sino un suministro continuo, lo que reduce el riesgo; la tubería es instalada en derechos de vía federales y estatales, razón por la cual no pasa por debajo de ningún domicilio particular.
