La Catedral se ubica frente a la Plaza de la Constitución en el Centro Histórico de la Ciudad de México. (ARCHIVO)
Pocas construcciones logran sobrevivir al paso de los años y mantenerse vigentes aún como parte de la identidad nacional de un país; en México, existe como caso digno de mencionarse el de la Catedral Metropolitana.
Dicha Catedral se ubica frente a la Plaza de la Constitución en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Sus orígenes se remontan a la época de la conquista, cuando Hernán Cortés ordenó en el año 1524 construir una iglesia utilizando las piedras que anteriormente formaron el tiempo de Tenochtitlán.
Lo construido resultó insuficiente, por lo que fue derribado hacia 1552; siendo hasta 1571 cuando se reanudaron las labores de edificación y hasta 1813 cuando Manuel Tolsá logró concluirla, tras el paso de varios arquitectos que se involucraron en la obra.
La Catedral, vale mencionar, guarda una historia muy singular relacionada a la muerte de un sujeto inexperto que debía hacer sonar las campanas, pero que por su falta de experiencia sufrió un accidente que le hizo perder la vida.
Por la muerte del campanero, a la campana le fue retirado el badajo y quedó muda hasta el año 2000, año del perdón, en que le fue devuelto.
^AC
