ESTAMOS a solamente un mes y días de entrar en el 2014 que sin duda es un año para recordar por varias razones, ya que se van a cumplir los 60 años de que nuestro Beto Ávila se convirtió en el primer latino en ganar un campeonato de bateo, el primer mexicano en lograrlo y el primero en estar en una Serie Mundial. Me imagino que la Liga Mexicana recordará ese momento, sobre todo en el puerto de Veracruz y donde el nuevo parque lo nombraron en su honor. Igualmente en Cancún el simpático parque playero se llama Beto Ávila y jugó su última temporada con los Tigres.
Lo de Beto Ávila en 1954 es de una manera muy parecido al año inolvidable de 1941 con los 56 juegos dando de hit por Joe DiMaggio, por lo menos para los fanáticos mexicanos.
Todos los días veíamos el periódico o escuchábamos el "Juego de Hoy" narrado por Ángel Fernández en radio para saber lo que había bateado Beto, quien desde pronto en la campaña estuvo de primero entre los bateadores de la Liga Americana. Era una nueva emoción cada día y no importaba quién hubiera ganado, sino si Beto Ávila había dado de hit. Eso sí que era un sueño, que un mexicano conquistara el título ofensivo del mejor beisbol del mundo. Cada vez que me pongo a pensar sobre esa gran hazaña en ocasiones es algo de haber vivido y no poder creer todavía. Entonces eran sólo ocho equipos en Ligas Mayores, no 30 como ahora y para que llegara un latino a la gran carpa es que indudablemente se trataba de un jugador muy especial. Hasta ese momento sólo habían llegado tres mexicanos: Melo Almada, 'Chile' Gómez y el pitcher Jesse Flores, siendo Beto el primero totalmente hecho en la Liga Mexicana que llegó a las Mayores.
Al final tuvo que vencer al tremendo Ted Williams para lograr ese .341 que nos hizo felices a los aficionados mexicanos y que debe ocupar un lugar muy especial en el nuevo Recinto de la Fama que se construye en Monterrey.
También en el 2014 los Diablos Rojos tienen mucho por qué celebrar ya que hace 50 años, en 1964, ganaron el campeonato con Tomás Herrera de manager, logrando también la corona en 1974, hace 40 años, con el inolvidable Cananea Reyes y en 1994, hace 20 años, el título milagroso con Marco Antonio Vázquez al frente y en el que considero el juego más emocionante en la historia del Parque del Seguro. Usted debe recordar el doblete del emergente Rogelio Cobos en aquella octava entrada.
No hay deporte que tenga tanto culto al glorioso pasado como el beisbol. Y el 2014 traerá muchos recuerdos que hay que vivirlos otra vez.
