Arreglo. Alfredo Carrillo conoce a detalle el funcionamiento de las televisiones análogas.
A don Alfredo Carrillo no le gusta ver la televisión, prefiere desarmar los aparatos para arreglarlos; así se gana la vida desde hace 15 años.
Ante el inminente llamado "apagón analógico" que sucederá en Torreón en noviembre del próximo año, dice incrédulo que ya verá de qué vivir.
En la colonia Martínez Adame, justo en la prolongación Allende, los televisores están apilados en la calle, así es como atraen a los clientes y como la gente identifica el negocio que no tiene nombre.
"Antes decían que el negocio se llamaba "Yaneth", pero ya le borraron, voy a tener que buscar otro nombre a ver qué se me ocurre".
Don Alfredo conoce con detalle el funcionamiento interior de las televisiones, sabe que las fallas de las televisiones provienen del "cinescopio", "verticales" y "sonido". Y los desperfectos no hacen distingos de marcas.
"El precio depende del problema, hay unas de 200 pesos y otras de 350. Depende la falla hay unas que se van de 80 o 100 pesos, ésas se desajustan del sonido. No pagan mucho los clientes por este trabajo a ver cómo se pone más adelante".
No todas las televisiones tienen arreglo, dice don Alfredo que cuando llegan sin posibilidad de verse u oírse prefiere comprárselas a los clientes, por supuesto, por un módico precio.
"Las compramos baratas, en 50 pesos. Para poderlas trabajar y sacarle las piezas, así luego se arreglan unas con otras y así no la vamos llevando".
Hay quienes llegan a sentir tanto cariño que no quieren deshacerse de sus viejos televisores, por eso le piden encarecidamente que las repare.
"Me han traído hasta televisiones de bulbos, quieren que se las arregle para dejarlas como recuerdo familiar. Los bulbos se consiguen con los camaradas, pero ya no se les garantiza un arreglo porque ya están todas viejitas y quemadas de las bases. Es rara la que viene buena para trabajarse".
EL APAGÓN
Aún no comprende bien, Don Alfredo, como será el "apagón analógico" pero está convencido que no todos tendrán el dinero para comprarse una digital y de alguna u otra forma sobrevivirán las analógicas.
"Pues no sé cómo va entrar la señal digital, por medio de un aparato o no sé. Las televisiones del sistema digital son muy caras y son muy débiles, fallan rápido. Aquí las han traído, pero todavía ni hay partes".
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha difundido que todas las televisiones análogas dejarán de recibir la señal abierta y para no quedarse sin señal los usuarios tendrán que comprar un decodificador de señal para adaptar un televisor antiguo o analógico y así reproducir la señal de televisión digital.
Lo único cierto es que a Don Alfredo todavía lo buscan de los ranchos, como El Coyote. De lejos llegan con sus televisiones antiguas en busca de una solución y ni pensar en comprarse una nueva.
"Si está la pieza, luego luego se la arreglamos y si no está la pieza se tienen que esperar un año porque las piezas vienen de Japón (risas). Aquí llegan gente de Coyote y de muchos ranchos con teles viejotas, por eso digo que no se pueden terminar, ¿Qué van hacer ellos?"
LA TELENOVELA
El apuro de los clientes de Don Alfredo es porque no quieren perderse un solo capítulo de la telenovela o alguna pelea de box. Lo presionan para haga el trabajo con rapidez.
"Hay viene gente que me dice 'arréglemela rápido', vienen unos por el box y otros por el futbol. Hasta los señores andan en la telenovela. Todos quieren que sus teles estén funcionado sin problemas".
Todavía no comprende cómo pasan horas frente al televisor y como memorizan la programación. Él prefiere limitarse a mirarlas por dentro e ignorar hasta los juegos de futbol.
"La tele es para quien le entiende a eso, que ven los programas. Para el espectador que está pegado, hay unos que están enamorados de las teles y no los quita uno de ahí".
Las carcajadas de los socios y amigos de Don Alfredo se escuchan desde el fondo del negocio, él ríe y sigue con el negocio; ya llegaron los clientes a recoger sus "teles".
