Cuerdas que narran historias

A los seis años comenzó a tocar la guitarra, gracias a que en su casa encontró este instrumento. Héctor Guerrero, guitarrista de profesión y de vocación, cuenta que en aquella época en su casa vivía un tío al que le apasionaba la música clásica, a tal grado que se pasaba todo el día escuchándola. "Desde muy temprana edad, la música siempre estuvo conmigo".

También comenta que tenía un pequeño teclado eléctrico, sin embargo prefería el timbre de la guitarra, a pesar de que era más complicado aprender a tocarla. "El teclado era fácil, pero no me convencía mucho".

Héctor Guerrero es un lagunero que se ha destacado por realizar una gran labor pedagógica en la región, gracias a las clases que imparte desde hace varios años en el Teatro Isauro Martínez y en la UA de C.

El guitarrista recuerda que su primer maestro de música fue un mariachi. "En aquel tiempo, a una cuadra de mi casa estaba el restaurante La Majada, y ahí tocaba un mariachi. Yo iba en los descansos a verlo, después comenzó a pasarme acordes y me enseñaba un poco. Por eso, mis principios fueron totalmente autodidactas".

En perspectiva, Héctor explica que de niño tuvo tres mundos a dónde 'meterse'. "Por una parte estaba el rock, que era la música que a mí me gustaba; luego, la música clásica que ponía mi tío en la casa; y en tercer lugar, la guitarra, porque siempre me gustó la trova, y nunca me perdía la hora de Julio Jaramillo en la radio".

Guerrero cuenta que anteriormente sólo había dos radiodifusoras que tocaban música romántica, todas las demás eran de rock y rancheras, por lo que desde niño siempre tuvo una tendencia musical muy marcada. A su vez, señala que cuando su madre y su abuela se percataron del interés que él ponía en la música, lo llevaron a clases con un profesor que había sido alumno de Gonzalo Rivera. "Él fue mi primer maestro formal, donde comencé a aprender de lleno guitarra clásica. Con él estudié durante tres años, así fue como empecé".

Después, llegó un maestro de Durango, Pedro Pérez Hernández, y abrió una academia de música en el Centro de Torreón. "Con él hice estudios más formales y a los dos años logré recibir una beca para irme a estudiar la licenciatura a Estados Unidos, en la Universidad de Texas en El Paso.

 CONVENCER A LA FAMILIA

El guitarrista comenta que a él le tocó escuchar de sus familiares que si alguien quería dedicarse a la música iba a morirse de hambre. "Esa idea persiste todavía, aunque cada vez en menor grado. Sin embargo, ahorita un músico gana lo mismo que un profesionista, entonces ya no está tan 'jalado de los pelos' querer ser músico".

Por otra parte, el también profesor narra que a pesar de que no ha dejado del todo los conciertos por dedicarse a la pedagogía y la musicología, sí es una de las actividades a las que últimamente le ha dedicado menos tiempo. "Por ahora he estado ofreciendo algunos conciertos didácticos. Tengo varios instrumentos cercanos a la guitarra clásica que tienen que ver con la evolución de este instrumento, y precisamente estoy preparando una conferencia que se llama 'La guitarra: orígenes, evoluciones y desarrollo', donde abordo desde el laúd hasta la guitarra de diez cuerdas".

 FACETA BIBLIOGRÁFICA

Además, Héctor también ha realizado una amplia labor bibliográfica. "He hecho mis libros por mis alumnos más que otra cosa, se trata de material didáctico. La verdad gasto más de lo que gano con ellos, pero me da gusto que el conocimiento se aproveche".

Guerrero confiesa que el "vicio" que para él representa la musicología, lo aprendió en Estados Unidos, ya que uno de sus profesores fue un gran concertista de guitarra, que estaba realizando su tesis doctoral en música. "Yo le ayudé a hacer la transcripción y traducción del manuscrito de Santiago de Murcia, que es un documento del siglo XVII, el cual tiene un prólogo en castellano antiguo muy difícil de interpretar".

Héctor recuerda que mientras estaba realizando este trabajo, le preguntaba a su maestro qué significaban los símbolos de la tablatura, que es un antiguo sistema de notación musical, y que él le iba explicando el significado de estos símbolos. "Desde ahí empezó a interesarme la musicología. Entonces, como premio a mi ayuda con la traducción, me regaló el manuscrito del guitarrista Francisco Guerau, y precisamente este fue el primer libro que transcribí completo y que, posteriormente, en 1992, pude presentar".

 EVOLUCIÓN DE LA MÚSICA EN LA REGIÓN

En la opinión del guitarrista, esta evolución ha sido magnífica, gracias a que la Camerata de Coahuila ha sido un parteaguas en la región. "Yo he escuchado queja de todo el mundo porque no tenemos un conservatorio en La Laguna, a pesar de contar con magníficos músicos. Sí hay escuelas técnicas de música, pero todavía no tenemos un conservatorio como tal".

Héctor señala que en la Comarca hay mucho talento, "En Monterrey a esta región se le conoce como la tierra de los guitarristas", es decir, la región ha sido calificada como un semillero gracias a una generación de maestros que se han dado a la tarea de enseñar esta disciplina.

En relación a los alumnos que Guerrero ha guiado, señala que ha tenido la satisfacción de formar a jóvenes que ahora dan clases en conservatorios. Sin embargo, piensa que hace falta establecer un subsidio para montar aquí una escuela formal de música.

Aunque la guitarra es un instrumento que no pertenece a la orquesta, es más complicado que pueda integrarse a la música de cámara. "La guitarra es esa 'solitaria aristócrata', como la definía Miguel Bernal Jiménez. Fuera de los siete años que estuve en Estados Unidos, me he dedicado de lleno a la música toda la vida. Empecé a dar clases a los 17 años y ya voy a cumplir 62, entonces ya tengo mucho", comenta.

El guitarrista declara que quiere seguir trabajando en sus libros. Además, planea abrir una academia de guitarra. "Mi idea es crear una escuela gratuita. Planeo dar doce clases al mes por quinientos pesos, pero quiero que esas cuotas sean pagadas por empresas o particulares, a manera de becas", dice.

Influencias

Entre sus principales influencias, Héctor menciona al maestro Vilalta, con quien tuvo una gran amistad. "Me regañaba mucho porque no sabía hacer solfeo tan bien como él". También están los arquitectos Diana Vélez y la maestra Mercedes Shade. "Con la creación de la Casa de la Cultura de Torreón, conocí a la maestra Shade, incluso tocamos algunas canciones con pura bohemia".

Actualmente Héctor es profesor de guitarra en el Teatro Isauro Martínez y en la Universidad Autónoma de Coahuila.

Héctor Guerrero

¿Qué estás leyendo?

Estoy trabajando en un libro de sonatas de Domenico Scarlatti, que voy a transcribir para dúo de guitarra. De las quinientas sonatas escogí sólo 100 para este libro.

¿Qué sabes cocinar?

De todo, pero me gusta cocinar paella y hojas de parra.

¿Pasatiempo favorito?

Juntarme con mis amigos y ver televisión