El microondas se volvió tan popular que incluso en el año 1975 se vendieron más de estos aparatos que estufas de gas. (ARCHIVO)
Es curioso el caso de los inventos que han sido descubiertos por accidente para posteriormente perfeccionarse en su diseño, pero es más curioso cuando estos llegan a volverse indispensables en la vida cotidiana.
Uno de esos casos es el del microondas, que fue descubierto accidentalmente mientras P. Spencer investigaba sobre radares de alta frecuencia.
Durante su investigación, Spencer llevaba consigo una barra de chocolate y cuando quiso comérsela, descubrió que estaba completamente fundida.
Ante tal hecho curioso, decidió dejar unos granos de maíz junto al generador de alta frecuencia, descubriendo sorpresivamente que en cuestión de minutos éstos se habían convertido ya en palomitas.
Estos son los orígenes en cuanto a diseño del horno de microondas; sus orígenes ya en cuanto a lo comercial datan de 1947, con su salida al mercado, aunque el primer diseño era muy grande y aparatoso, pues medía 1.60 metros de altura y pesaba cerca de 80 kilogramos; además era costoso, pues se vendía hasta en cinco mil dólares.
Ya con el tiempo, el diseño se perfeccionó, el costo se redujo y el microondas se volvió tan popular que incluso en el año 1975 se vendieron más de estos aparatos que estufas de gas.
