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Economía vudú/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

Sergio Sarmiento “Locura es hacer la misma cosa una y otra vez pero esperar distintos resultados.”

Albert Einstein

Al ex presidente estadounidense Ronald Reagan los conservadores estadounidenses lo consideran el triunfador de la guerra fría. La verdad, sin embargo, es que los regímenes comunistas de Europa oriental se desplomaron por sí solos, debido a la ineficacia de su sistema económico y a la insatisfacción popular por las limitaciones a la libertad individual.

En cambio a Reagan -que se pronuncia regan y no rigan como suelen decir los locutores mexicanos— sí se le puede considerar el iniciador del republicanismo fiscalmente irresponsable, el mismo en el que hoy ha caído el presidente George W. Bush.

Lo curioso del caso es que George H.W. Bush, el padre del actual mandatario, entendió que la llamada Reagonomía, la política económica impulsada por Reagan, estaba viciada desde sus orígenes. En 1980, cuando aspiraba a la candidatura presidencial del Partido Republicano, Bush padre afirmó que las propuestas de Reagan de recortar impuestos y aumentar el gasto militar, lejos de eliminar el déficit de presupuesto, producirían un desequilibrio monumental en las finanzas públicas. “Economía vudú” es el término que Bush padre usó en ese entonces para referirse a las ideas de Reagan. Más tarde Bush tuvo que tragarse sus palabras, o por lo menos acallarlas, ya que Reagan lo invitó a ser su vicepresidente. Sin embargo, cuando Bush sucedió a Reagan en la Casa Blanca, el déficit acumulado era ya tan grande -el más elevado no sólo en la historia del país sino del mundo— que se vio obligado a subir los impuestos pese a que había prometido no hacerlo durante su campaña.

Esta decisión mostró un gran valor político, un enorme sentido de responsabilidad con el país, pero fue uno de los factores que provocaron su derrota de 1992 frente al demócrata Bill Clinton. A nadie le gusta un político que sube impuestos. La Reaganomía se fundamentaba en una idea que no está del todo errada. El economista Arthur Laffer había propuesto una hipótesis según la cual la elevación de las tasas de impuestos produce un aumento en la recaudación fiscal pero sólo hasta un punto determinado. Después de ese nivel, el alza en las tasas disminuye la recaudación, ya que hace que los contribuyentes busquen formas de eludir impuestos o dejen de producir más para evitar su pago.

Para maximizar la recaudación fiscal, por lo tanto, es importante encontrar ese punto de equilibrio en el que efectivamente la gente sigue estando dispuesta a pagar impuestos. La “curva de Laffer”, que buscaba definir ese punto, fue crucial en el surgimiento de la economía de la oferta (supply-side economics) que plantea que para generar un mayor crecimiento económico es importante que las tasas de impuestos no sean excesivamente altas.

Reagan tenía razón cuando argumentaba que las tasas de impuestos eran demasiado altas en Estados Unidos a principios de los ochenta. Cuando tuvo la oportunidad de aplicar la teoría, sin embargo, se equivocó dos veces. Por una parte recortó impuestos sin simplificar el complejo sistema fiscal estadounidense, el cual permite a las empresas y a los ricos eludir el pago de una amplia serie de gravámenes. Una de las consecuencias fue que el ingreso fiscal, en lugar de aumentar con la disminución de las tasas fiscales (como ocurrió en Irlanda), se redujo. El otro problema fue que el gobierno de Reagan aumentó de manera tan espectacular el gasto militar de los Estados Unidos, que produjo un déficit de presupuesto monumental que puso en jaque no sólo a la economía estadounidense sino a la del mundo entero.

Uno podría pensar que la experiencia de la Reaganomía fue tan mala que ya ningún gobernante caería en el mismo pantano. Pero Bush hijo, lejos de tomar el ejemplo responsable de su padre, ha decidido seguir el camino señalado por Reagan. Así, ha vuelto a recortar los impuestos pero sin simplificar el sistema fiscal. Además, ha incrementado el gasto militar fuera de toda proporción razonable. De esta manera, el superávit presupuestario de 236,000 millones de dólares que Bush heredó de Bill Clinton se ha transformado en un déficit que se espera alcance cuando menos 521,000 millones de dólares en el actual año fiscal. Y déficit significa más deuda pública, que el actual presidente Bush le heredará comodinamente a las siguientes generaciones.

13 POR CIENTO

Valentín Putin, el presidente de Rusia que ahora visita México, heredó una economía desequilibrada por los excesos de Borís Yeltsin. Su principal solución ha sido realizar una simplificación radical del sistema fiscal y establecer una tasa única de 13 por ciento en el impuesto sobre la renta. La rápida recuperación de la economía rusa debería ser una lección para todos.

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