Finanzas Mercados Financieros Inflación Torreón Cartera de Huevo

El espejo cubano

salvador kalifa

Hace unas semanas vimos cómo Cuba reemplazó a las Reformas Estructurales como el tema favorito de nuestros políticos y legisladores. Estos se entretuvieron en la politización de una decisión que compete exclusivamente al Ejecutivo pero que, por su naturaleza, así como por su torpe y contradictoria ejecución, atrajo a los grillos nacionales que quisieron capitalizarla a favor de los intereses de sus partidos políticos.

Este espectáculo mostró, una vez más, que los actores políticos de nuestro país están solamente interesados en perder el tiempo en temas políticamente rentables, aún cuando sean totalmente irrelevantes para la gran mayoría de la población. Esta actitud confirma, nuevamente, la naturaleza política de los obstáculos para lograr un mayor crecimiento y mejores niveles de vida de los mexicanos.

Algo similar nos enseñaron los medios de comunicación, que en ese tiempo concentraron su atención en las declaraciones, denuncias y adjetivos de los funcionarios cubanos y mexicanos, como si realmente las relaciones de México con Cuba estuvieran en el centro de nuestras preocupaciones. Los medios, durante días, no hablaron de otra cosa, a pesar de que existen asuntos internos mucho más importantes. Para ellos son mejor ?negocio? los pleitos verbales y la telenovela de las conspiraciones y complots, que el problema grave de la corrupción y la atención urgente a los cambios estructurales.

La charada de algunos políticos, principalmente la de los dirigentes y legisladores del PRD, en relación con la decisión del gobierno Mexicano de retirar su embajadora en Cuba y, al mismo tiempo, solicitar que su homólogo cubano en México abandonara el país, se suma al desacuerdo de muchos de ellos con la decisión del gobierno de apoyar la resolución de las Naciones Unidas (ONU) sobre derechos humanos en esa isla del Caribe.

Fue este voto de México ante la ONU lo que motivó las declaraciones ofensivas de Castro el primero de Mayo y que la izquierda en México pasó por alto, prefiriendo rasgarse las vestiduras ante lo que ellos califican como un agravio al senil y decrépito dictador cubano.

Llama la atención, en particular, la postura de los integrantes del PRD, quienes se concentran en la relación de México con el gobierno cubano y la hipótesis del complot contra Andrés López, jefe de Gobierno del Distrito Federal, con el fin de desviar la atención de la población de asuntos medulares como son, por un lado, la corrupción de por lo menos dos de los más cercanos colaboradores del señor López, y por el otro, el enorme descuido en que tienen los asuntos trascendentes para nuestro futuro económico.

Esta no es la primera ocasión que miembros del PRD realizan actos de ?desagravio? al gobierno cubano. Hace un par de años, en abril del 2002, varios de sus integrantes visitaron el ?paraíso? del Caribe en apoyo de la dictadura de Castro. Con estos antecedentes, vale la pena preguntarnos, a poco más de dos años de las elecciones presidenciales del 2006, ¿Qué podemos esperar en México de personas y partidos políticos que apoyan a Castro, que por décadas ha atropellado y avasallado los derechos de los cubanos?

En la práctica, a muy pocos mexicanos nos importa lo que suceda en Cuba, y la gran mayoría tenemos una visión de esa isla bastante menos romántica que la del PRD y los revoltosos que trastornan a diario la vida de los capitalinos. Ellos no parecen darse cuenta que Cuba y Castro no se encuentran entre los temas cruciales para el bienestar de los mexicanos, como tampoco parecen percatarse de ello los funcionarios de nuestro gobierno que ahora torpemente tratan de congraciarse con Cuba.

Los empresarios, por ejemplo, no tienen relaciones comerciales relevantes con Cuba. El comercio entre nuestros países es tan pequeño que casi no figura en las estadísticas oficiales. En cambio, más de la mitad de la inversión extranjera en México proviene de Estados Unidos, y casi el 90 por ciento de nuestro comercio se realiza con ese país.

Algunos pudieran decir que, en contraste con el sector empresarial, al pueblo sí le atraen las condiciones económicas y políticas que existen en Cuba. Esta idea se desmorona ante los hechos. Millones de mexicanos emigran del país en busca de mejores oportunidades, pero ninguno lo hace desde las costas de Veracruz, Cancún o Mérida hacia el ?paraíso? cubano. La aspiración de muchos compatriotas no es trabajar en esa isla, ni siquiera visitarla como turistas, no obstante la admiración que tienen por su dirigente varios políticos mexicanos, en particular los del PRD. Su destino es, otra vez, Estados Unidos.

La postura del PRD y sus simpatizantes ante este problema tienen su lado útil. Sirve para que nos veamos en el espejo de Cuba. Para que en él conozcamos cuál es la alternativa de desarrollo que nos ofrecen los integrantes del ?sol azteca?, y cual la orientación social y política que darían al país en caso de que alguien como el demagogo populista de Andrés López llegue a la Presidencia de la República.

El espejo cubano muestra, además, un dilema más amplio en el que se encuentra nuestro país. O nos decidimos de una vez por todas a romper los atavismos ideológicos que nos vinculan con iconos de una era paleolítica, donde dictadores como Castro son todavía admirados por intelectuales y políticos mexicanos; o dejémonos de quejar ante nuestra incapacidad por lograr la modernización del país, ya que esta requiere de acciones que lo integren a un mundo globalizado, donde nuestro interés está más ligado con Estados Unidos, que con el régimen dictatorial cubano.

Leer más de Finanzas

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Finanzas

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 89201

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx