La calculadora de bolsillo vio la luz en 1970; desde año su diseño y funcionamiento se ha venido perfeccionando. INGIMAGE
Realizar cálculos complejos o facilitar los simples fue una necesidad imperante desde tiempos remotos, pero fue hasta 1642 cuando se sumó a los inventos del hombre una herramienta capaz de satisfacer dicha necesidad.
Ese invento fue la calculadora, desarrollada en el año mencionado por el matemático francés Blaise Pascal.
La herramienta diseñada por Pascal era una máquina compuesta por dos ruedas, una de las cuales estaba marcada en su borde con las cifras del 1 al 10 y que girando permitían realizar sumas y restas.
Esa calculadora rústica fue patentada en el año 1649, sin embargo no tuvo éxito comercial debido a su elevado costo.
Gotfried Whilhem Leibniz desarrolló en 1693 otra máquina que superaba a la de Pascal, ya que gracias a la repetición automática de la suma o la resta podía multiplicar o dividir, respectivamente.
Fue Herman Hollerith quien sacó a la luz a la calculadora electromecánica, la cual funcionaba con tarjetas perforadas. Hollerith destacó por ser el forjador de una empresa dedicada al perfeccionamiento de tales máquinas, la cual superó al tiempo y se constituyó como International Business Machines Corporation (IBM).
Finalmente, fue en el año 1970 cuando Texas Instruments puso a la venta la calculadora de bolsillo, la cual empleaba circuitos transitorizados, pesaba poco más de un kilogramo y tenía un precio de 150 dólares.
De ahí en delante, tanto el diseño, el peso y el costo, fueron mejorando en beneficio de la tecnología y del consumidor.
^AC