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Así cualquiera entrega un bosque

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

El pasado lunes 27 de mayo se inauguró finalmente el Bosque Urbano Francisco J. Madero, ubicado en la avenida Juan Pablo II, allá por la periferia del aeropuerto de Torreón.

El gobernador de Coahuila, Rubén Moreira y el alcalde Eduardo Olmos, estuvieron prestos a cortar el listón de lo que podrá convertirse - si es que lo terminan decorosamente- en la segunda obra de relevancia de la administración del presidente Olmos, después de lo que se denomina la Plaza Mayor y la nueva Presidencia Municipal, obras que rondan los setecientos millones de pesos y que en un inicio se había dicho que pagaría el Gobierno estatal, pero con la quiebra de las arcas y la deuda de 36 mil millones (contando la ilegal, que luego por supuesto hicieron válida los diputados locales del PRI de la legislatura pasada) endosaron la mayor parte del costo a la tesorería de Torreón, que también ha sido atacada por los propios funcionarios actuales.

El monto destinado a la construcción del Bosque Urbano fue, según lo reportado por las autoridades, de 140 millones de pesos, cien de ellos los invirtió el ayuntamiento de Torreón y 40 los aportó el gobierno coahuilense.

Este nuevo espacio comunitario cuenta con una superficie total de 18 hectáreas, con un área de juegos mecánicos, un planetario -dotado con un telescopio poderoso que es ya una gran atracción en sí mismo- , trenecito, tirolesa, un par de espejos de agua, baños públicos, pistas peatonales y zonas para andar en bicicleta. También tiene locales comerciales.

De suyo esta noticia debería ser de júbilo para Torreón, ya que hoy se cuenta con un área verde más grande. Además, el Bosque Urbano integró a su superficie lo que había sido el Parque Las Etnias, un esfuerzo de laguneros que el tiempo hizo incosteable para quienes lo mantenían y que por ello había sido condenado al abandono, pero ahora es parte de este nuevo complejo.

Sin embargo, como ya nos tienen acostumbrados, siempre, pero siempre, con la administración municipal actual, hay muchos prietitos en el arroz. Las prisas por abrir al público la obra es precisamente para apoyar al PRI en el proceso electoral que inicia el próximo martes 4 de junio. El gobierno del Estado y de Torreón - todos priistas- necesitaban de algo para poder presumir que en Torreón se hacen obras, y por eso la premura por abrir el espacio. La Gran Plaza, que sin duda es bonita y también es un centro de convivencia popular, es otra obra que está sirviendo para darle brillo al Gobierno; el festival "de la calle" es por supuesto un mero vehículo electorero, atendiendo al viejo proverbio de "al pueblo pan y circo" se han erogado millones en hacer presentaciones gratuitas con grupos y artistas de renombre, pero al fin y cabo con costos considerables; en cuanto a la presidencia municipal, simplemente no tuvieron capacidad para tenerla a tiempo.

Nadie que tenga un cierto sentido común puede negar que al fin y al cabo, el Bosque Urbano por supuesto que es una excelente noticia para los torreonenses y qué bien que se hizo; debemos congratularnos de que ahora se pueda contar con ese espacio, lugar propicio para la convivencia sana y armoniosa de una comunidad que a últimos años sólo sabe de fuegos cruzados, de cadáveres por doquier, desaparecidos, sequías y desfalcos del erario estatal, municipal y hasta del Simas.

Lo malo es que la apertura se ha hecho sin que el proyecto esté terminado. Basta ver el reportaje gráfico publicado en El Siglo de Torreón donde claramente lo que se denomina áreas verdes: son más solares de tierra mezclados con algunos tapetes de pasto ya colocados. Los botes de basura son vergonzosos (seguramente son provisionales) así como la carencia casi absoluta del equipamiento necesario para que las personas con capacidades diferentes puedan utilizar este nuevo espacio público como es debido. Lo anecdótico es que la única rampa para sillas de ruedas que hoy existe, estaba bloqueada por un vehículo propiedad del ayuntamiento. Muchos de los juegos mecánicos y la propia tirolesa no estaban habilitados al momento de su apertura, pero con los días seguramente eso se regulará.

Ayer hubo un accidente en el uso de la tirolesa, una persona se fracturó los tobillos porque cayó de la misma. Hay dos versiones al respecto: la oficial que la persona que cayó, es un trabajador de una empresa contratista y se subió de motu proprio; no obstante el uso de la atracción no estaba en operación, testigos en cambio declararon que había fila para subir a la dichosa tirolesa y la caída probablemente ocurrió por defectos en el propio arnés o en la colocación del mismo. Lo extraño es que el lesionado fue sacado en un vehículo particular escoltado por patrullas y a la altura de donde estuvo el viejo estadio Corona, se encontró con una ambulancia donde recibió los primeros auxilios y de ahí se transportó al hospital.

Es un accidente al final de cuentas, no se vale magnificarlo, lo malo es que haber sacado al lesionado en una camioneta particular, en vez de esperar a la Cruz Roja, hace pensar que querían disimular el hecho. En fin, alguien tomó esa decisión. Lo criticable es que el Bosque Urbano haya sido abierto al público con tantas obras por terminar, porque haciendo las cosas así, cualquiera entrega un bosque.

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