Proyecto social. Unos treinta jovencitos adoptaron el género del hip hop como una medida para evitar caer en vicios y pandillas y se unieron al grupo Remix Dance.
Los escasos recursos y el entorno de inseguridad no son un impedimento para que siete jóvenes traten de superarse mediante el baile hip hop.
"Todo empezó como una escuela de baile reductivo hace dos años, pero luego vi que muchos chavos venían para salirse del peligro de las calles y así nació este proyecto", dice Araceli Castañeda, directora de la escuela Remix Dance.
La directora, junto con otras madres de familia, armó un proyecto para evitar que los menores cayeran en drogas y vicios dentro de la colonia Santiago Ramírez de Torreón, tal fue el éxito que ayer siete muchachos representaron a la ciudad en un concurso nacional de baile.
"De los casi treinta niños que vienen armamos una selección de siete, ellos son los que van a México a tratar de ganarse un lugar para otro concurso internacional", dice Araceli Castañeda.
Oscar, Brandon, Jaziel, Mexi, Mafer, Mariana y Sergio fueron los encargados de hacer sus mejores pasos de baile para intentar obtener el trofeo nacional de hip hop, un sueño que han tenido desde que iniciaron las primeras prácticas.
A INICIATIVA PROPIA
En la prueba, que se desarrolló este fin de semana, participaron grupos de baile de todos los estados de la república, algunos incluso patrocinados por empresas o gobiernos, hecho que no sucede con Remix Dance, todo es generado por los mismos padres de familia.
Fue hace sólo unos meses que el alcalde Eduardo Olmos visitó la colonia Santiago Ramírez para platicar con los vecinos sobre cuestiones de servicio público, en aquella ocasión las madres de los jóvenes le expresaron al edil la necesidad de fomentar este tipo de grupos para prevenir delitos.
Incluso se le expusieron por escrito los detalles del proyecto de Remix Dance, los resultados que se habían logrado y se le solicitaron recursos simbólicos para apoyar a los menores.
"No hubo respuesta alguna, aquí las madres de familia se movieron para hablar con Olmos y hacerle la petición... es una colonia de bajos recursos y, pues parece que no les interesa", indica Castañeda.
La directora, las madres de familia y hasta los mismos estudiantes saben que este sector tiene índices delictivos altos, situación con la que han tenido que luchar constantemente.
"Es muy fuerte el estar luchando contra la inseguridad, hay que estar protegiéndolos para que no les pase nada, que haya unión familiar y no estén cerca del crimen", dice la directora.
Mientras los objetivos se logran el proyecto seguirá creciendo, Araceli Castañeda y los padres de familia ya han comenzado una campaña para integrar cada vez a más niños y jóvenes a este tipo de actividades, los mismos niños invitan a sus compañeros de clases y se enfocan en evitar las calles.
"La verdad prefiero estar aquí que en la calle, me divierto más", dice el pequeño Oscar.
