Alguien tiene que ceder, 2003.
La trayectoria de Diane Keaton es una de las más notables porque además de extenderse por más de cuatro décadas deja claro la versatilidad de sus facultades histriónicas. Y aunque resulta evidente que no todas sus elecciones pueden considerarse acertadas, ha legado actuaciones que la convierten en una actriz entrañable en la historia del cine.
Su labor ha sido reconocida con un Óscar, un Bafta y dos Globos de Oro. Además de actriz es productora, directora, guionista y cantante ocasional, modelo para L’Oreal, fotógrafa, defensora de edificios con valor histórico, generadora de tendencias al vestir, empresaria de bienes raíces y opositora de la cirugía plástica. Su nombre: Diane Keaton.
Nacida como Diane Hall en 1946 (Los Ángeles, California), desde muy temprana edad mostró interés por el arte histriónico. Mientras estudiaba en la Santa Ana High School se involucró en el grupo de teatro escolar y participó en diversas obras.
Tras intentar estudiar actuación en el Orange Coast College de California, abandonó dicho instituto para mudarse a Manhattan e inscribirse en el Neighborhood Playhouse, donde fue alumna del afamado Sanford Meisner. Descubrió que ya había una actriz profesional registrada con su nombre, por lo que empezó a usar el apellido de soltera de su madre, Keaton. En 1968 debutó en Broadway con la ópera rock Hair, como suplente de la protagonista. Luego sería seleccionada para estelarizar la obra teatral Play it Again, Sam, escrita, dirigida y coestelarizada por Woody Allen. El montaje fue un éxito según la crítica y la taquilla.
En 1970 incursionó en la televisión con pequeños papeles en algunas series. Ese mismo año hizo su debut en cine con la exitosa cinta Lovers and Other Strangers (Cy Howard), la cual ganó un Óscar y obtuvo dos nominaciones más.
DESDE LA MAFIA
1972 fue un año importante para Diane, ya que participó en un proyecto memorable: El Padrino (The Godfather), al lado de Al Pacino y Marlon Brando, bajo la dirección del mítico Francis Ford Coppola. Éste volvería a llamarla en el 74 para El Padrino II (The Godfather: Part II); se dice que Keaton aceptó repetir el papel de Kay tras verificar en el guión que su participación era mayor y había cierta evolución en el personaje.
El mismo 72 intervino en el traslado a la pantalla grande de Sueños de un seductor (Play it again, Sam, Herbert Ross), compartiendo escena por primera vez con Allen, quien posteriormente la invitaría a coprotagonizar El dormilón (Sleeper, 1973), comedia futurista repleta de referencias a grandes obras de la ciencia ficción, hoy considerada un clásico. Con Allen haría además Amor y muerte. La última noche de Boris Grushenko (Love and Death, 1975), sátira de la literatura rusa que obtuvo buenas críticas y fue una de las más taquilleras de su tiempo.
En el 76 trabajó en dos comedias más: I Will... I Will... For Now (Norman Panama) y La banda de mala pata (Harry and Walter go to New York, Mark Rydell). Pero lo mejor aún estaba por venir.
LA SEÑORITA HALL
Annie Hall (Woody Allen, 1977) fue un parteaguas en la carrera de Keaton. Cinta romántica acerca de una pareja y los altibajos neuróticos de su relación, hizo patente su capacidad histriónica. El filme consiguió múltiples nominaciones y premios, entre ellos el Óscar a mejor actriz para Keaton, galardonada además con el Globo de Oro y el BAFTA.
Annie Hall fue escrita especialmente para Diane (cuyo apodo familiar es Annie). Y además de mostrar su rango actoral creó una tendencia en la moda, la imagen andrógina de la protagonista fue muy imitada y aunque se acredita a Ralph Lauren y a Ruth Morley como responsables del vestuario, Allen declaró que el look fue idea de la propia Keaton.
Después, consciente de la posibilidad de quedar encasillada en un solo género, actuó en Buscando a Mr. Goodbar (Looking for Mr. Goodbar, Richard Brooks, 1977), largometraje acerca de una profesora de niños sordos que lleva una doble vida, pues recorre bares en busca de aventuras sexuales. El rol le valió una nominación al Globo de Oro como mejor actriz dramática. Versatilidad confirmada.
Keaton haría dos películas más con Woody Allen antes de suspender sus colaboraciones por más de una década: Interiores (Interiors, 1978) y Manhattan (1979), ambas con actuaciones entrañables de la sonriente californiana.
En 1981 llegó a la cartelera Reds, cinta épica coescrita, producida, dirigida y estelarizada por Warren Beaty, la cual le mereció a Diane su segunda propuesta al Óscar. Su encarnación de la periodista y feminista Louise Bryant recibió elogios de la prensa especializada.
El resto de la década su trabajo mostró altibajos. Cosechó elogios por su intervención en La señora Soffel (Mrs. Soffel, Gillian Armstrong, 1984) y Crimes of the Heart (Bruce Beresford, 1986), y desaprobación por el fallido thriller The Little Drummer Girl (George Roy Hill, 1984), el drama El precio de una pasión (The Good Mother, Leonard Nimoy, 1988) y la comedia The Lemmon Sisters (Joyce Chopra, 1989).
BABY BOOM
La taquillera ¿Quién llamó a la cigüeña? (Baby Boom, Charles Shyer, 1987) fue el primer vehículo abiertamente comercial para Keaton, quien encarnó a una ambiciosa ejecutiva cuya vida cambia radicalmente al verse forzada a cuidar un bebé. Esta sería la primera de cuatro colaboraciones con la guionista Nancy Myers, quien en el futuro ayudaría a reforzar la carrera de Diane.
El mismo año debutó como directora al presentar Heaven, un documental acerca de la vida después de la muerte, material que no fue bien recibido por la crítica mas no le impidió seguir en el camino de la dirección con algunos capítulos de series televisivas y cintas para la tv.
Volvió a trabajar con Coppola para El Padrino III (The Godfather: Part III, 1990), la cual dividió a la audiencia pero obtuvo ingresos favorables pese a ser considerada la cinta más débil de la trilogía. Y a pesar de la renuencia de los Estudios Disney, fue contratada para el remake de El padre de la novia (Father of the Bride, Charles Shyer, 1991), al lado de Steve Martin y Martin Short.
Convertida en una mujer madura, Diane siguió en la lucha por evitar encasillarse. Y a pesar de que su edad comenzó a reducir los papeles a su alcance, le esperaban gratas sorpresas.
ALGUIEN TIENE QUE CEDER
En 1993 Woody Allen la invitó a actuar en Un misterioso asesinato en Manhattan (Manhattan Murder Mystery), aplaudida por los cinéfilos pero con pocos ingresos en taquilla. Su mayor éxito de los noventa vendría con la comedia El club de las divorciadas (The First Wives Club, Hugh Wilson, 1996), donde compartió cámara con Bette Midler y Goldie Hawn. Siempre activa, se incorporó enseguida al elenco del drama La sangre que nos une (Marvin’s Room, Jerry Zaks, 1996), al lado de Meryl Streep y Leonardo DiCaprio.
La década del 2000 inició con el pie izquierdo para Diane, al dirigir y protagonizar la malograda No nos dejes colgadas (Hanging Up), con Meg Ryan y Lisa Kudrow, acerca de tres hermanas que deben cuidar a su enfermo y gruñón padre. Le siguió No más sexo (Town & Country, Peter Chelsom, 2001), proyecto fallido pese a su gran elenco.
Su mala racha se vio superada con Alguien tiene que ceder (Something’s Gotta Give, 2003), éxito mundial que rompió con algunos paradigmas de la comedia romántica norteamericana. Dirigida y escrita por Nancy Meyers, recaudó millones en ingresos a pesar de que inicialmente fue rechazado por un gran estudio, pues las edades de los protagonistas (Jack Nicholson es el coestelar) hacían parecer poco atractiva la cinta. Keaton brinda una actuación impresionante, la cual refleja la experiencia acumulada y su sensibilidad para transitar del drama a la comedia.
Diane posee talento y versatilidad, factores clave para mantener viva una trayectoria que data de 1970. Aun así, resulta obvio que debe ser más cuidadosa al seleccionar sus proyectos. Filmes recientes como La joya de la familia (The Family Stone, Thomas Bezucha, 2005) y Un despertar glorioso (Morning Glory, Roger Michell, 2010) le permiten seguir obteniendo reconocimiento y proyección. Otros como Suegra al ataque (Smother, Vince Di Meglio, 2007), Porque lo digo yo (Because I Said So, Michael Lehmann, 2007) o Locas por el dinero (Mad Money, Callie Khouri, 2008) nos hacen cuestionar su buen juicio.
Con altas y bajas, no cabe duda que Diane Keaton es una de las actrices más representativas del cine norteamericano, con un dominio impecable de cada género en el que se involucra. La lucha constante por renovarse es el reflejo de la integridad que ha distinguido toda su trayectoria.
Twitter: @hectorexafm
FILMOGRAFÍA SELECCIONADA
2010- Un despertar glorioso (Morning Glory, Roger Michell)
2005- La joya de la familia (The Family Stone, Thomas Bezucha)
2003- Alguien tiene que ceder (Something’s Gotta Give, Nancy Meyers)
1996- El club de las divorciadas (The First Wives Club, Hugh Wilson)
1993- Un misterioso asesinato en Manhattan (Manhattan Murder Mystery, Woody Allen)
1991- El padre de la novia (Father of the Bride, Charles Shyer)
1987- ¿Quién llamó a la cigüeña? (Baby Boom, Charles Shyer)
1990- El Padrino III (The Godfather: Part III, Francis Ford Coppola)
1984- La señora Soffel (Mrs. Soffel, Gillian Armstrong)
1981- Reds (Warren Beaty)
1979- Manhattan (Woody Allen)
1978 Interiores (Interiors, Woody Allen)
1977- Annie Hall (Woody Allen)
1977- Buscando a Mr. Goodbar (Looking for Mr. Goodbar, Richard Brooks)
1976- Amor y muerte. La última noche de Boris Grushenko (Love and Death, Woody Allen)
1974- El Padrino II (The Godfather: Part II, Francis Ford Coppola)
1973- El dormilón (Sleeper, Woody Allen)
1972- Sueños de un seductor (Play it again, Sam, Herbert Ross)
1972- El Padrino (The Godfather, Francis Ford Coppola)
