Luego de molestarse por que no le dieron la mesa que quería, la hija del titular de la Profeco Humberto Benítez Treviño, amenazó con clausurar un restaurante en la Ciudad de México, según publica hoy el diario Reforma.
La dueña del restaurante Maximo Bistrot, ubicado en Tonalá 133 de la colonia Roma, reveló la situación que vivió luego de que de la señorita acudiera a su negocio acompañada de una amiga cuando el lugar se encontraba lleno, por lo que ambas tuvieron que esperar a que se desocupara una mesa.
Al momento de que una mesa de afuera se encontraba disponible, tuvo que ser asignada a unos clientes que ya la habían pedido con anterioridad, situación que desagradó a la hija del funcionario. Ante su molestia, se le ofreció una mesa adentro pero ella se negó y se retiró tras amenazarla diciéndole que su padre era el procurador y que haría clausurar el lugar.
Dos horas después acudieron al lugar tres inspectores de la Profeco y colocaron sellos de clausura por supuestas anomalías en el sistema de reservaciones y el mezcal que se vende en el restaurante.
Argumentaron que el mezcal sólo puede tener una especie de agave, que es el espadín y en la carta se ofrecen otros tipos, además de señalar también que en la entrada no se cuenta con un aviso de cómo se toman las reservaciones y cual es el tiempo de espera por una mesa.
Al colocar los sellos, uno de los inspectores empujó a un comensal, lo que causó el enojo de éste y de los demás comensales quienes comenzaron a grabarlos con sus celulares, por lo que los tres hombres salieron y abordaron su camioneta y se encerraron para evitar hablar con elementos de la Policía capitalina.
"Ya cuando llegaron sus abogados se bajaron de la camioneta muy prepotentes diciendo que ahora sí a ver de a cómo nos tocaba. Sin embargo, la diligencia fue irregular, porque terminó en la calle. Una vez que la iniciaron no tenían que haberla interrumpido, pero se salieron, no terminaron adentro y el acta la levantaron casi cuatro horas después", relató el abogado del restaurante a Reforma.
Los sellos de clausura permanecerán en el negocio hasta que se subsanen las supuestas faltas reportadas por los inspectores de la Profeco.
"Todo esto es a raíz de la inconformidad de una niña que no le pude dar la mesa que ella quería, a la hora que ella quería, y pues así es este País, las personas con influencias pueden hablarle a su papi y arruinarte la tarde" puntializó la dueña del restaurante.La misma tarde, en su cuenta de Twitter, la hija del funcionario expresó su molestia por el servicio del restaurante publicando, “Pésimo servicio , no tienen educación.. No volvería nunca”..
