Según el portal curba.org, el 16 de abril de 1943, el suizo Albert Hofmann "resintetizó la molécula de LSD que había descubierto 5 años antes. Accidentalmente absorbió a través de sus dedos una mínima cantidad de este alucinógeno potentísimo. Quedó impresionado durante dos horas por las luces kaleidoscópicas que pudo 'ver', con los ojos cerrados, así como formas geométricas, fuentes de colores y experimentar una especial capacidad imaginativa".
Tres días después, el 19 de abril de 1943 decidió ingerir una cantidad de 0,25 miligramos (una cantidad ínfima) con el fin de comprobar los efectos reales. Hoy día sabemos que el umbral de sensibilidad está en 0,20 miligramos, por lo que pudo experimentar una serie de efectos muy llamativos.
La misma fuente asegura que "la ingesta tuvo lugar a las 16:20 y media hora después ya comenzó a sentir repentinos e intensos cambios en su percepción, por lo que pidió a su asistente de laboratorio que le acompañara en bicicleta a su casa. Su estado empeoró rápidamente: comenzó a sufrir alucinaciones, ansiedad, identificó a su vecino como un ser maligno, mientras no mostraba cambios físicos importantes salvo unas pupilas extremadamente dilatadas. Al día siguiente se encontraba bien aunque siguió sintiendo algunos efectos menores".
Ese evento, curiosamente, dio origen a una celebración que hoy en día tiene tintes ecológicos, el Día Mundial de la Bicicleta.
Este día busca que se vea a favor del medio ambiente y se utilicen recursos no dañinos para transportarse, al menos por una jornada, lo que reduciría drásticamente el impacto negativo de vehículos como automóviles o del transporte colectivo en el planeta.
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