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La vida infinita de José Gorostiza

LITERATURA

La vida infinita de José Gorostiza

La vida infinita de José Gorostiza

Angélica López Gándara

De bibliografía breve pero contundente, José Gorostiza es conocido mayormente ‘de oídas’ como el autor de Muerte sin fin. Pero muchos ignoran su legado e incluso el citado poema, al que Eduardo Lizalde calificó como poseedor de una “espantosa perfección” y que sin duda es indispensable para todo amante de las letras.

El hombre común necesita de la poesía, que sople sobre su vida y la embellezca: que la salve de los tremendos infortunios que la amenazan y la hagan digna de ser llevado con orgullo sobre los hombros.

José Gorostiza

José Gorostiza nació en San Juan Bautista, hoy Villahermosa, Tabasco, en 1901 y murió en la Ciudad de México en 1973. Escribió poesía y ensayo, y es uno de los mejores ejemplos de que no es necesario escribir mucho sino sustancioso, pues publicó solamente cuatro pequeños libros que en realidad fueron tres: Canciones para cantar en las barcas (1925), Muerte sin fin (1939); en Poesía (1964) reunió las obras anteriores (por eso fueron tres), allí incluyó también el ensayo Notas sobre poesía, el texto que pronunció como discurso al ingresar a la Academia de la Lengua. Finalmente, en 1969 editó el volumen Prosa.

Hermano del dramaturgo Celestino Gorostiza, se dedicó a la política y a la diplomacia pero trascendió como poeta. Formó parte de los Contemporáneos, junto a los connotados Xavier Villaurrutia, Jaime Torres Bodet, Salvador Novo, Bernardo Ortiz de Montellano, Gilberto Owen, Jorge Cuesta, Enrique González Rojo, Carlos Pellicer y Elías Nandino. Vale la pena mencionar que sobre este colectivo de escritores se ha discutido si se trata de un grupo o de una generación, según sean vistos como un núcleo de mayor o menor cohesión. Ellos mismos se autodefinieron como “grupo de soledades” (Jaime Torres Bodet), “grupo sin grupo” (Xavier Villaurrutia), simplemente “grupo de amigos” (Bernardo Ortiz de Montellano) o “grupo de forajidos” (Jorge Cuesta, quien consideraba característica del grupo haber sido rechazado por otros grupos). Así lo señala la escritora Concepción Reverte en su ensayo Los Contemporáneos: vanguardia poética mexicana.

POEMA SIN FIN

De la obra de Gorostiza destaca especialmente el poema Muerte sin fin; de hecho, prácticamente hablar de él es hablar de ese texto. Octavio Paz consideraba a sus 1,094 versos dentro de los más importantes de la lengua española; sobre ello expresó en alguna ocasión: “Los extremos que presiden a esta obra transparente y vertiginosa son Parménides y Heráclito. Dentro de la impresionante belleza formal de Muerte sin fin está formulada una profunda angustia metafísica: racionalmente no hay esperanza. El movimiento es circular, estéril, repetitivo”.

Y es que en el poema se aborda un tema ontológico y teológico: el hombre vivo después de la muerte, es un cuestionamiento que implica un reclamo a Dios. ¿Por qué existe y por qué no se puede comprobar su existencia?

En el título sentencia que jamás moriremos o que la vida es eterna y no existe diferencia entre un estado al que concebimos como movimiento y el otro, al que creemos estático; comprendemos que no todo alcanza la expresión de la palabra. El texto comienza con la cita de tres proverbios, el primero: Conmigo está el consejo y el ser; yo soy la inteligencia; mía es la fortaleza (Proverbios, 8,14). El segundo: Con él estaba yo ordenándolo todo; y fui su delicia todos los días, teniendo solaz delante de él en todo tiempo (Proverbios, 8,30). Y el tercero: Mas el que peca contra mí defrauda su alma; todos los que me aborrecen aman la muerte (Proverbios, 8,36).

Se trata de presentar a un dios exigente y del que el poeta pareciera renegar: Lleno de mí, sitiado en mi epidermis / por un dios inasible que me ahoga, / mentido acaso / por su radiante atmósfera de luces / que oculta mi conciencia derramada, / mis alas rotas en esquirlas de aire, / mi torpe andar a tientas por el lodo; / lleno de mí -ahíto- me descubro.

Gorostiza habla del Dios al que no puede tener pero que lo invade y lo ahoga; que promete la luz, pero entre más se adentra en su piel lo hace caminar a oscuras. El hombre no sabe adónde va pero su egolatría lo lleva a imaginar certezas y por más que se empeñe en establecerlas, no existen. El ser es el agua que toma forma de lo que lo contiene, se acomoda lo mejor que puede a lo que lo sostiene. Porque aunque se llama Dios, / no sea sino un vaso / que nos amolda el alma perdidiza, / pero que acaso el alma sólo advierte / en una transparencia acumulada / que tiñe la noción de Él, de azul. El hombre-agua está contenido en el vaso y la transparencia le engaña y le hace pensar que ante los reflejos de luz el alma puede caminar hacia la eternidad. Se emprende el viaje pero se ignora si es de libertad o de esclavitud, si hay vida eterna o muerte infinita.

Muerte sin fin es la vida y lo que se ve de ésta a través de los sentidos, y de lo difícil que sería poder explicarla con palabras; mucho se queda en el cerebro sin que se pueda racionalizar ni hablar. Deja claro que el tiempo de Dios es el nuestro pero que hasta ahora no hemos podido incrustar en nosotros el verdadero significado de la palabra eternidad.

El peso de Muerte sin fin para la literatura mexicana es tal, que hace algunos meses el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes lanzó la página www.muertesinfin.com.mx y más aún: una aplicación para iPad, que además del poema incluye notas explicativas, el texto leído en voz alta por actores y poetas, una galería de imágenes y música inspirada en el poema.

CONTENIDA EMOCIÓN

En su ensayo Notas sobre poesía, que abarca apenas 25 páginas, queda la idea del significado que tenía la poesía para este creador (quien en un mes exacto cumple 40 años de fallecido). Allí se expresa la concepción de ésta como un ente con energía propia. Es omnipresente, porque está en cualquier rincón del tiempo y el espacio; es eterna porque siempre ha existido y nunca morirá; existe, aun sin las palabras. Más aún, la poesía posee a la palabra y la descompone para poder expresarse y así alumbrar: La poesía quebranta el lenguaje y al hacerlo trasparenta las ideas. No es omnipotente pero sí puede golpear a una mente y cambiar los conceptos más arraigados, trastocar al más radical y sensibilizar al de conciencia de acero. Habla de aquél que no entiende este género literario y más que defectos en la lectura, le atribuye fallas al autor.

Sin duda, vale la pena acercarse a la obra de este genial autor, cuya obra ha sido catalogada como patrimonio de la literatura mexicana. Seguramente la lectura de sus creaciones podrá ayudarnos a entender por qué Xavier Villaurrutia afirmaba que de los Contemporáneos, Gorostiza era “el de más fina y contenida emoción”.

Twitter: @lopgan

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