"Una sociedad desorganizada está condenada a dejarse regir por caprichos y ocurrencias de quienes se ocupen de organizarla", sentencia el periodista argentino Andrés Oppenheimer
¿Usted así lo cree?, dicha sentencia cae como "anillo al dedo" al clima que propicia nuestra desvergonzada clase política, clase política, que dicho sea de paso constantemente nos muestra una gran incapacidad para realizar las más básicas de las funciones que le competen o peor aún, la realización de actos que atentan contra la estabilidad, dignidad y derechos de los que habitamos este país.
Es decir, la mayoría de las acciones que realizan -lejos de ayudar a las grandes mayorías- favorece a muy pocos, tal es el caso de las recientes reformas (laboral y educativa) reformas que se aprueban sin el consenso público o peor aún sin que la mayoría de diputados y senadores se moleste en revisarlas con detenimiento antes de aprobarlas, tal vez por intereses personales y mezquinos que sólo favorecen a sus bolsillos, y el aplicar a rajatabla lo que ellos aprueban se ha convertido ya en algo muy común para el pueblo.
Qué ofensa el hecho de dar a conocer los excesivos gastos de campaña de los diferentes partidos políticos, qué bien nos muestran que de veras quieren "cambiar" a México, con el despilfarro de millones y millones, sí cómo no, así sí vamos a cambiar, posiblemente cambiemos de "muy pobres" a ser poco más que miserables, gracias partidos, muchas gracias, por restregarnos en la cara una y otra vez que ustedes son los que mandan y que la voluntad del pueblo pasa a segundo término, de veras, gracias, por burlarse una y otra vez de la ciudadanía, de una ciudadanía que ya está cansada de tanto descaro y cinismo de quien nos gobierna, si a eso se le puede decir gobernar.
Otra pifia que es digna de comentar aunque ya es tema muy trillado, es la liberación de Florence Cassez, Dios quiera que en cualquier país nos den el trato VIP que nuestras autoridades dan al extranjero que delinque y a la vez nos humilla, vaya que brotó desde lo más profundo de nuestra naturaleza el malinchismo, aquel mal que quién sabe cuándo termine, pues de espejitos ya nos han llenado el país, y ya no sólo españoles, sino franceses, vaya usted a saber los oscuros acuerdos que se hayan gestado en dicha situación, ¡Viva México señores!
Gobernantes llegan, gobernantes se van, la esperanza de cambio llega aunada a las expectativas que generan las promesas, que sí, sólo quedan en promesas, y como del plato a la boca se cae la sopa, y sí, a los mexicanos innumerables veces se nos ha caído, pues ya nos hemos acostumbrado a estar bajo el yugo de quienes se encargan de ejercer el poder y soportar que los intereses de unos pocos se antepongan a los intereses de las grandes mayorías.
Nuestra pasividad y falta de exigencia como ciudadanos responsables y autocríticos además de la ignorancia, han propiciado el ambiente ideal, para que quienes deberían organizarnos como sociedad ya sean partidos políticos, gobiernos y demás funcionarios hayan aprovechado las bondades de nuestro pueblo para hacer lo que les place, es decir; ante la falta de políticas integrales de desarrollo y la falta de un verdadero proyecto de nación, nuestra gente ha quedado a expensas de la improvisación y las ocurrencias de quienes por los siglos de los siglos nos han explotado.
Para citar varios ejemplos tenemos las interminables listas de impuestos que francamente algunos ya dan risa (como el pagar tenencia por burros y caballos) y otros más hacen pasar grandes problemas a la gente como los excesos en tenencias vehiculares por citar algunos, (poco les falta por cobrarnos por respirar), mejor no doy ideas, quizá mañana nos dan la sorpresa con el nuevo impuesto, pero mientras el cuerpo y el pueblo aguanten, estoy seguro que no habrá gobierno que se canse de "regarla" una y otra vez.
¡Hasta la próxima!
