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Jóvenes, Navidad y alcohol, una mala combinación

Para muchos jóvenes la Navidad es la época en la que comienzan a beber alcohol aumentando los riesgos para su salud

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Por Cristal Barrientos

En las posadas, reuniones familiares, y celebraciones de Navidad y Año Nuevo, aumenta el consumo de alcohol entre la población, pero también es la época en que muchos adolescentes se inician en el consumo sin medir las consecuencias de los excesos.

El doctor José Echávez Valverde explica que el consumo de alcohol en los adolescentes ha aumentado en la última década, y representa una amenaza para su seguridad, sobre todo cuando se conduce en estado de ebriedad.

Nueve de cada 100 mexicanos menores de edad beben en exceso, y al año fallecen al menos 20 mil jóvenes en accidentes violentos y actos relacionados con el consumo de bebidas alcohólicas, y el 50 por ciento aún no cumplían los 18 años de edad.

Ahora los niños toman su primera copa a los 12 años de edad.

El doctor explica que si una persona empieza a beber antes de los 18 años de edad, se incrementa 16 veces el riesgo de consumir cualquier droga ilegal, y se triplica la posibilidad de desarrollar alguna dependencia.

Echávez Valverde señala que el cerebro aún no termina su proceso de maduración, el cual ocurre alrededor de los 21 años, y al ingerir bebidas embriagantes, el lóbulo frontal del cerebro -el encargado del juicio, la autocrítica y de detectar situaciones de riesgo-, es el primero y más afectado por el alcohol en exceso.

“En los certificados de defunción nunca se pone como causa directa de muerte el alcoholismo. Para los médicos legislas, las personas fallecen de una contusión o traumatismo, pero no por beber en exceso cuando es la causa de ese desenlace fatal”.

Además existe otro factor de riesgo, el 30 por ciento de los adolescentes de 12 a 18 años de dad, experimentan su primera relación sexual en estado de ebriedad. Para ser una droga legal, el alcohol causa más muertes que las ilegales.

“Si el joven sostiene relaciones sexuales en estado de ebriedad pone en riesgo su salud porque puede contraer VIH-Sida si no usa protección, u otras enfermedades de transmisión sexual como la sífilis que está resurgiendo, herpes, entre otras, y embarazos no deseados”.

El doctor dice que si el joven tiene padres alcohólicos, las posibilidades de que caiga en esta adicción son mayores. “La mejor educación que podemos dar es el ejemplo”.

Otros factores que influyen para que un joven se inicie en el consumo de alcohol son: los dos padres trabajan y la mayor parte del día están ausentes, y los amigos los presionan para beber.

“Los padres no tienen la capacidad de dar una buena orientación a sus hijos. Vemos con mucha frecuencia que los padres tratan de compensar sus ausencias con regalos costosos a sus hijos, o los consienten demasiado”.

Los signos que pueden alertar si un joven se está excediendo en el consumo de alcohol son: deserción escolar, bajo rendimiento académico, ausencias, cambios de conductas, agresividad, entre otros.

La Organización Mundial de Salud refiere que cada año se producen 2.5 millones de muertes en el mundo por el exceso de alcohol.

“Es necesario mostrar la desigualdad de las fuerzas que luchan a favor y en contra de esta enfermedad. Los productores de bebidas embriagantes se fortalecen económicamente día con día y representan uno de los principales generadores de impuestos, poco más de 151 millones de pesos al año”,

La Encuesta Nacional de Adicciones 2008, reporta que 27 millones de mexicanos beben grandes cantidades ocasionalmente.

“Las compañías productoras aplican anualmente el 13 por ciento de sus enormes ingresos a inundar de publicidad para incrementar el consumo de cerveza se incremente anualmente en 37 millones de litros, y el de vinos y licores en 13.4 millones”.

Con estos números, las compañías logran hacer más grave el problema social, familiar e individual a consecuencia del consumo inmoderado de alcohol, “pero qué podemos hacer, si vemos que se gasta poco en investigación o programas preventivos contra los excesos”.

El alcoholismo es una enfermedad que afecta el entorno social y familiar con grandes repercusiones. “A la salud, provoca daños a corto, mediano y largo plazo”.

El efecto a corto plazo se presenta con la famosa “cruda”, y a mediado y largo plazo: accidentes, muertes prematuras, cirrosis, úlceras, gastritis.

“Si vamos a un bar vemos que una persona se consume unas cuatro copas de alcohol en una hora, y esto provoca que el hígado sea sometido a un esfuerzo mayor de su capacidad”.

El doctor asegura que si la persona ingiere una cerveza puede tener aún la capacidad de razonar, pero cuando toma más de tres pierde la coordinación de todos los reflejos y su capacidad de razonamiento disminuye.

“Algunas personas desarrollan la capacidad de tolerar más el consumo de alcohol, pero el riesgo siempre está presente”.

José Echávez Valverde exhorta a los padres de familia estar al pendiente de sus hijos para evitar que se inicien en el consumo de alcohol a temprana edad. “Y no deben dudar en acudir a centros especializados en alcohólicos si descubren este tipo de adicción en los jóvenes”.

Los efectos del alcohol paso a paso

De acuerdo con información del Seguro Social de Coahuila, consumir una copa o su equivalente produce desinhibición, la persona se vuelve más sociable, comunicativa y “alegre”.

Dos copas ocasionan además que hable de manera rápida y “graciosa”, comienza a alterarse la coordinación de sus movimientos (torpeza al caminar, hablar o tomar algún objeto).

Con tres copas la persona sufre mayor alteración en la coordinación de sus movimientos (aumenta su torpeza) y presenta problemas de memoria, como dificultad para recordar algunas palabras, lugares e información.

Cuatro copas hacen que sus movimientos sean más lentos, así como su tiempo de respuesta a un estímulo, que haya disminución de sus reflejos y comience a afectarse la capacidad de juicio; es decir que no sea capaz de darse cuenta del estado en el que se encuentra, al contrario siente que aumenta su fuerza y su agilidad mental.

Con cinco o seis copas hay euforia, lenguaje rápido con palabras entrecortadas, o sustituye unas por otras, y lo más evidente son los problemas con la coordinación motora (la marcha es insegura y no sigue una línea).

Siete u ocho, hay depresión de las funciones mentales por lo que pasa de la euforia al relajamiento, somnolencia, disminución del supuesto incremento de agilidad mental, se hacen más evidentes los problemas de atención y de memoria, hay mayor torpeza (marcha tambaleante, de “borrachito”).

Nueve o más copas ocasionan inestabilidad de las funciones corporales. La más evidente y más peligrosa es la disminución de la frecuencia respiratoria, es decir la respiración se hace lenta y superficial, baja la temperatura del cuerpo, la piel cambia a un tono pálido y la persona se vuelve muy inquieta. Si continúa tomando, puede llegar un estado de inconciencia, hipotermia, paro respiratorio y muerte.

Comunicación

Ante este panorama, institutos de salud dan las siguientes recomendaciones para hablar con su hijo(a):

*Aliente a su hijo a hablar con usted acerca del consumo de alcohol. Permanezca calmado al escuchar y trate de no juzgarlo ni criticarlo. Bríndele comodidad para que él le comente cosas sobre sí mismo.

*Deje que su hijo sepa que usted comprende que tomar riesgos es una parte normal del crecimiento.

*Recuérdele que tomar alcohol implica riesgos graves.

*Coméntele a su hijo cómo se siente usted respecto a que él consuma alcohol.

*Haga énfasis en que nunca debe beber y conducir ni viajar con un conductor que haya estado bebiendo.

Copa a copa la salud se agota

El Seguro Social advierte sobre los daños al organismo que produce el alcohol:

Una cerveza, una copa de vino (blanco o tinto), un “caballito” de tequila, mezcal, o un vaso de ron, brandy, whisky, vodka, pulque, ginebra, ocasionan el mismo daño, es un mito que una bebida ocasione menos daño que otra.

La cantidad de alcohol y el tiempo en el que se consuma es lo que determina los efectos en el organismo.

El cuerpo puede metabolizar una copa de cualquier tipo de alcohol en alrededor de 40 minutos y tomar dos o más copas, en ese o menos tiempo, implica mayores riesgos para la salud, los cuales aumentan si la ingesta continúa a ese ritmo por un periodo prolongado, incluso se puede llegar a una congestión alcohólica.

Ingerir una sola copa por desinhibición, socialización o alegría puede terminar en borrachera (más de nueve copas) y ocasionar un estado de inconciencia, hipotermia (baja temperatura corporal), paro respiratorio, coma, y hasta la muerte.

Si una persona empieza a beber antes de los 18 años de edad, se incrementa 16 veces el riesgo de consumir cualquier droga ilegal.

El 30 por ciento de los adolescentes de 12 a 18 años de dad, experimentan su primera relación sexual en estado de ebriedad.

Al año fallecen al menos 20 mil jóvenes en accidentes violentos y actos relacionados con el consumo de bebidas alcohólicas.

FUENTES: IMSS DE COAHUILA, BIBLIOTECA NACIONAL DE MEDICINA DE EU

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