Reforma laboral
La reforma laboral debe ser vista como un instrumento para legalizar el abaratamiento de la fuerza laboral, o lo que es lo mismo, para aumentar el grado de explotación del trabajo asalariado.
Desde la caída de la tasa de ganancia capitalista que hizo estallar la crisis económica adquirida por las fuerzas productivas del trabajo social, que tuvo lugar en los años inmediatamente anteriores a la crisis general de hace cuatro años, aparece como la causa fundamental de la debacle económica sufrida por el capitalismo global.
Recordemos, como hace tan sólo un lustro, el otrora ejemplo español, que los apologistas del capital presentaban como el modelo económico a imitar, se ha derrumbado en medio del mayor de los estrépitos.
Precisamente España, es el país en que la fuerza de trabajo asalariada ha estado sujeta en los últimos tiempos a un número mayor de reglamentaciones laborales del tipo de las que ahora se aprueban con bombo y platillo por los grandes propietarios en México, y sin embargo, el desastre está a la vista; el 25% de los españoles está sin empleo y un porcentaje igual está incorporado al trabajo por medio de contratos basura; lo paradójico: el 40% de la planta productiva instalada está parada; ¿por qué?, porque la explotación salarial de los trabajadores españoles no asegura a las empresas la obtención de una cuota de ganancia al nivel de la media.
El capital requiere de la sobreexplotación de los asalariados para revertir aunque sea transitoriamente la tendencia decreciente de la cuota de ganancia. En efecto, los empresarios requieren que los trabajadores sean más productivos, es decir, que acepten trabajar más por menos, para que al cabo de unos cuántos años se vean premiados por un desastre económico peor.
Esa y no otra cosa, es la que les ofrece el capitalismo a los asalariados, y al parecer los empresarios están completamente seguros que los primeros aceptarán vivir dócilmente dentro de ese círculo viciosamente irracional “ad calendas graecas”.
Moctezuma Escobedo Hernández.
Conagua, cerradaa transparencia
El Siglo de Torreón publicó en su sección local:“Persiste abatimiento del acuífero, alertan”.Tal declaración la hace Encuentro Ciudadano Lagunero, una de las varias organizaciones que se han venido manifestando en la región como“defensoras del agua”, pero cuyas luchas en dicha defensa han resultado absolutamente estériles porque desde hace años se han venido topando con el desdén de la autoridad en la materia que es la que debe detener dicho abatimiento: la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Enel año 2003, la Gerencia de Aguas Subterráneas de la Gerencia Regional Cuencas Centrales del Norte de Conagua, boletinó que se estaban registrando abatimientos de 3.45mts enla zona conurbada de Torreón Gómez Palacio.
A la fecha, a más de 9 años de dicha revelación, después de quevarios directores quehanpasado por Conagua Laguna y en su momento se comprometieron a solucionar el problema, después de que algunas organizaciones civiles“en defensa del agua”han realizado manifestaciones públicas exigiendo se termine con la sobreexplotación del acuífero, después de que varios especialistas nacionales y extranjeros nos han hecho severas advertencias sobre esta situación, ahoranossalen conque el nivel freático sigue disminuyendo en la misma proporción de hace casi diez años o sea, que desde entonces a la fecha dicho nivel ha bajado por lomenos35 metros.
Nomás de imaginarse lo que está sucediendo allá abajo de nosotros, conenormescavernas que antes estaban rebosantes de agua pura y ahora se encuentren medio vacías y con agua contaminada por sales dañinas a la salud humana.
Lo que es evidente es que Conagua hace del bien natural y vital que pertenece a toda la sociedad lagunera lo que le viene en gana. No hace lo que la Ley de Aguas Nacionales le ordena y no hay, por lo visto, ni gobiernos, ni políticos ni organización civil que la meta en cintura y exija una explicación puntual de su conducta y solución a este grave problema.
Hace algunos años había muchas voces importantes exigiendose detuviera la sobre explotación del acuífero. A la fecha esas voces han permanecido sospechosamente mudas a pesar de que la depredación del agua se está realizando cada segundo durante las 24 horas del día.
Héctor Astorga,
Torreón, Coahuila.
