El señor de la casa recibió un anónimo. Decía: "Todo se sabe y todo se sabrá". Al punto el señor huyó de la ciudad.
El mismo día y a la misma hora la esposa del señor recibió otro anónimo. Decía: "Todo se sabe y todo se sabrá". De inmediato la señora huyó de la ciudad.
A la misma hora del mismo día el hijo y la hija de los esposos recibieron sendos anónimos. Decían: "Todo se sabe y todo se sabrá". Al instante el muchacho y la muchacha huyeron de la ciudad.
En este momento una mano desconocida está escribiendo un anónimo más con las mismas palabras: "Todo se sabe y todo se sabrá".
¿Quién lo recibirá?
¡Hasta mañana!...