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EL DIVÁN

Lic. José Antonio Miranda Hernández

Las tiendas de conveniencia y la sobreprotección

Como en todos los países, existen formas de ser estar y hacer las cosas, que se denominan cultura, que no es otra cosa que tradiciones y aprendizajes transmitidos de generación en generación que determinan lo que es esperado en una sociedad o deseado dentro de una comunidad, que si no es cumplido, se es incluso tachado de estar fuera de la norma.

En México, la familia forma parte esencial de esa doctrina de cómo deben ser las cosas y se tiene conceptos básicos como la cercanía de los miembros, el respeto a los adultos, la veneración de los padres, en lo positivo, así como la falta de limites, el amalgamiento de sus miembros en lo negativo, lo que ocasionaba que muchos de los miembros se involucraran en un problema, cuando sólo corresponde a un individuo resolverlo.

Desde luego, que las cosas han cambiado, ahora los dos padres trabajan, los hijos son "educados" con el internet o el Xbox, son familias pequeñas, los hijos se rebelan ante las reglas, los padres son más tolerantes, los abuelos menos cercanos, etc.

¿Son buenos los cambios? ¿Estábamos mejor antes? ¿Estaríamos mejor con López Obrador? ¿Pepe el toro es inocente? Que las cosas hayan cambiado, no necesariamente implica crecimiento, desde luego que habrá cosas o situaciones que mejoraron, pero algunas empeoraron.

Un ejemplo seria la necesidad de las madres de ser de tiempo completo o como las tiendas de conveniencia 24 horas. Antes la madre no trabajaba, estaba en casa dedicada al hogar y sus labores domésticas principalmente, lo que ocasionaba que estuviera todo el tiempo con los hijos. Si esto lo lee una abuelita como la del chocolate, diría, ¡Esas eran mujeres¡, no fregaderas, bueno aquí entraría la abuelita de paquita la del barrio. Sin embargo, existía un problema, esa madre-mujer al estar tanto tiempo con los hijos tendía a sobreprotegerlos, resolverles sus problemas, meterse en cosas que no le corresponden, ser dominante, e incluso castrante con los hijos, con su consecuente desconfianza, falta de seguridad, autonomía y sobre todo un enojo velado de parte de los hijos por tener a una madre tan cercana y tan invasiva, pero que a los ojos de la sociedad cumplía su rol excepcionalmente.

Me imagino que en estos momentos hay mamás que les estaría dando el soponcio por lo que estamos escribiendo y dirían: "Qué le pasa a este divanero feminista, que apoya a las amigas de Jenny Rivera y ven todos los domingos la voz México", en mi defensa diría que el ser padre o madre de tiempo completo no serviría, porque se tiene la idea, que para ser buena como madre hay que estar al pendiente siempre de los hijos, incluso dejando de lado sus propias necesidades, ya no diga usted sueños, esto hará que los hijos crezcan independientes, con confianza en ellos mismos, sin que sus padres estén presentes para todo y en todo momento, respetando el espacio de los padres y ellos de los hijos.

He cierto que en estos tiempos en donde los avances tecnológicos o de última generación abundan, los padres se quejaran de la falta de limites, respeto y cercanía de los chavos, cosa que también habría que modular o mejorar si me permite decirlo, pero esto no lleva a una situación de la que se habla desde hace muchos años y se practica poco, que es el dichoso tiempo de calidad.

¿Qué es lo recomendable entonces? Desde mi humilde punto de vista que los padres se den un tiempo para ellos, no sólo como padres, sino como pareja, amigos, hijos, profesionistas, hombres o mujeres, y que brinden ese espacio y esa confianza a sus hijos, no dejarlos solos, pero si respetar los momentos y necesidades de los vástagos, poner límites cuando se necesita y tampoco caer en el extremo de decir que somos amigos de nuestros hijos, que es la forma más sencilla de quitarse la responsabilidad de padres.

Los tiempos han cambiado desde luego, quedémonos con lo bueno del pasado y adaptémonos a lo bueno del presente, y sobre todo entender que los hijos necesitan calidad en el tiempo y no 24 horas de sobreprotección, que no es sano ni para un lado ni para el otro.

www.noseaspapadeloxxo.com

Mi correo electrónico: [email protected]

Facebook: Toño Miranda, el psicólogo de cabecera.

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