Un nuevo escándalo en torno al tema de la seguridad invade a México con la presunta muerte y posterior robo del cadáver de Heriberto Lazcano, alias "El Lazca", líder de los Zetas y uno de los capos más sanguinarios y perseguidos.
Ocurre cuando todavía no se resuelven las acusaciones que pesan sobre policías federales por encabezar una emboscada en Tres Marías, estado de Morelos, en contra de un marino mexicano y dos agentes norteamericanos.
Se presenta además a escasos días del asesinato de José Eduardo Moreira Rodríguez, hijo del exgobernador de Humberto Moreira, y quien según las pesquisas fue víctima de una venganza del narco con la participación de funcionarios y policías del municipio de Ciudad Acuña, Coahuila.
Y se registra en un estado que ha estado plagado de irregularidades y hechos insólitos como la fuga de 131 reclusos de la cárcel de Piedras Negras, quienes salieron caminando por la puerta de enfrente como si estuvieran en su casa.
"El Lazca" fue supuestamente muerto el pasado domingo en un enfrentamiento accidental con elementos de la Marina ocurrido en Progreso, estado de Coahuila.
Extrañamente el cuerpo del jefe de jefes de los Zetas y el de su compañero abatido en la refriega, fueron dejados sin vigilancia en una funeraria del poblado antes de ser identificado y a pesar de que repelió el combate con armas de alto poder, propias del crimen organizado.
Lo que pudo ser la gran noticia del final del sexenio de Felipe Calderón se convirtió en otra enorme pifia que ha servido para despertar sospechas de la colusión del narco con el gobierno y para evidenciar la ineptitud de las autoridades en esta lucha sangrienta en contra del hampa.
La Marina mexicana se adelantó el pasado lunes a filtrar la noticia de la posible muerte de Heriberto Lazcano cuando su cuerpo ya había sido levantado de la funeraria por un comando armado y llevado a un destino desconocido.
¿A quién se le ocurre dejar dos cadáveres abandonados en una modesta funeraria de pueblo cuando horas antes estos sujetos lanzaron en vida una granada a un comando militar? La Marina se apresuró a señalar que ellos entregaron los cuerpos al Ministerio Ppúblico estatal a quien correspondía vigilarlos, pero la autoridad estatal se deslindó a su vez de la responsabilidad.
"El Lazca" nació en 1974 en Acatlán, Hidalgo, fue miembro del Ejército Mexicano del cual desertó en 1998 para integrarse a una célula del cártel del Golfo, entonces comandado por Osiel Cárdenas Guillén.
Al paso de los años escaló en el mundo criminal mexicano para convertirse en el cabecilla de los Zetas, esto en base a su trayectoria como sicario y a su brutalidad a la hora de cometer crímenes y venganzas.
A sus 38 años de edad, Lazcano presentía su muerte y prueba de ello fue el fastuoso mausoleo que mandó construir para enterrar sus restos en el panteón San Francisco de Pachuca, Hidalgo.
El capo anduvo durante los últimos meses de un lado para evitar ser capturado por las autoridades mexicanas que ofrecían 30 millones de pesos por su cabeza, mientras que la DEA pedía cinco millones de dólares.
Lamentablemente, pues, se echó por la borda un acontecimiento que habría resultado magnífico para el actual gobierno y para el ánimo de los mexicanos que están hartos de tantas tragedias, corrupción, cinismo y torpeza de los cuerpos de seguridad.
¿Fue realmente abatido Heriberto Lazcano, alias "El Lazca"? ¿Por qué los marinos y las autoridades estatales no custodiaron la funeraria? ¿Hubo colusión con los Zetas para que robaran los cadáveres? ¿Qué diablos pasa en el estado de Coahuila? Estas y muchas más interrogantes andan y seguirán en el aire a lo largo de varias semanas.
APUNTES FINALES
Preocupante la versión que circula en la prensa nacional en torno a que ningún colaborador cercano a Enrique Peña Nieto se ha acercado a la Secretaría de Seguridad Pública para evaluar sus programas y preparar un plan emergente para los primeros cien días del nuevo gobierno. Faltan menos de 50 días para el 1º de diciembre que pasarán de volada.
