Apoyo. En algunas personas, la etapa de la enfermedad es severa y requieren de apoyo de expertos para continuar su vida.
Luz tiene 62 años de vida y en los últimos diez meses ha comenzado a perder la memoria. Sus recuerdos se van, como los nombres de sus hijas e hijos, de sus nietos, las fiestas de cumpleaños. Su ayer se desvanece, su memoria se agota.
Beatriz, una de sus hijas, la visitó tras su salida del hospital para saber si era o no el Alzheimer la enfermedad que invadía el cerebro de su madre. La visitó en su casa, en el Estado de México, y sin más palabra de presentación doña Luz preguntó: "¿Quién eres tú?".
Pocos segundos después recordó: "¡Ah! ¡Es Beti!", y la mujer, con más de 30 de casada, siguió contemplando la pantalla del televisor.
Su familia sabe que ya no es la misma persona. "Ella era un mujer con mucha fuerza", dice su hija. Ahora los recueros de Luz se van con el tiempo, pero aún cuenta con el apoyo familiar para combatir la enfermedad que comienza a invadirla: el Alzheimer.
"LEJOS DE ENCONTRAR LA CURA"
La investigadora, Ana Luisa Sosa, del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) de la Secretaría de Salud Federal, hace cálculos: "Si consideramos que el Distrito Federal es la entidad con más adultos mayores en todo el país (con un millón 3 mil 650), y considerando una prevalencia del 7.9% (donde casi 8 de cada 100 personas mayores de 65 años tienen algún tipo de demencia), entonces podemos contemplar que en la ciudad de México hay aproximadamente 79 mil casos de demencia".
Estimaciones de instituciones como el INNN y el Grupo de Investigación de Demencias 1066, refieren que 60% de las personas con alguna demencia -hay más de 60 tipos- padecen el Alzheimer. Entonces, cerca de 48 mil adultos mayores del DF tienen esta enfermedad. Dos terceras partes son mujeres.
Sosa Ortiz, comenta que después de los 80 años hay más probabilidades para desarrollar la enfermedad descubierta hace más de un siglo, pues rebasando esta edad, una de cada tres presentan Alzheimer y, aunque menos recurrente, puede darse desde los 35 años de edad.
La especialista dice que aún la ciencia está muy lejos de encontrar una cura para la enfermedad, aunque la mejor manera para "cuidar nuestro cerebro" es evitando problemas como obesidad, hipertensión, altos niveles de colesterol, consumo de alcohol o drogas y, por el contrario, realizar ejercicio e interacción social para evitar "que nuestro capital de neuronas se muera más rápido con los años".
Por su parte, Luis Enrique Amaya, también especialista del INNN, explica que hay tres etapas del Alzheimer: etapa leve, etapa moderada y etapa severa.
En la primera, la persona afectada comienza a deprimirse y se le dificulta realizar sus actividades cotidianas básicas.
"Muchas personas piensan que la pérdida de la memoria es un proceso normal en la etapa de la vejez, sin saber que su familiar está entrando en Alzheimer", comenta Amaya Sánchez. Recomienda a las personas informarse sobre la enfermedad y si las dudas persisten, solicitar el diagnóstico de un especialista.
En la segunda etapa, las fallas de memoria se vuelven más notorias: no encuentran palabras para hablar, no pueden nombrar los objetos, desconocen días, meses o estaciones del año.
En la etapa más severa, los enfermos tienen ya una marcada alteración de su estado mental: o se vuelve más agresivo o más introvertido, dependiendo de su carácter; además, deja de hablar con
Familiares y su agresividad puede ser verbal o hasta física.
FALTAN CULTURA Y EMPATíA
La señora Gloria pone su mano sobre mi brazo y pronuncia: "Ese hombre de allá de cabello rubio...". Volteo hacia el sitio que señala con su mano, pero no hay nadie. No sé qué responderle.
Mónica, estudiante de psicología del IPN, quien realiza su servicio social en la Fundación Alzheimer, donde asisten a Gloria, dice que; "debo seguir el diálogo con ella, pero sin confrontarla y sin tratar de mentirle".
Habla nuevamente la señora Gloria. Otra vez no sé qué responderle: ahora señala libros que no están en el lugar que ella afirma ver.
- ¿Qué hace falta entre los mexicanos para atender a los adultos mayores con esta enfermedad?
- Hace falta cultura y empatía. Saber que un día tú tendrás su edad- responde Mónica. Dice que una vez que una persona preparada sabe bien qué significa la "demencia" se está preparando para tener tolerancia y disposición para tratar con los pacientes.
Ella les habla con naturalidad a los adultos de la fundación, quienes tienen una mirada imprecisa, aunque sonríen cuando alguien más los saluda, extienden la mano y dicen "Hola".
El neurólogo Luis Amaya explica que los familiares de una persona con Alzheimer pueden gastar en promedio entre 2 mil y 2 mil 500 pesos diarios, hasta 5 mil pesos cuando la etapa es severa.
