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Necesidad| Salud mental, sin atención

LUIS ALBERTO MORALES CORTÉS

EL SIGLO DE TORREÓN

Urgen especialistas y académicos a crear centro integral psiquiátrico.

Nuevos trastornos se presentan con mayor frecuencia conforme avanza la industrialización de la sociedad

COMARCA LAGUNERA.- El mundo cambia constantemente. Las nuevas tecnologías marcan la pauta al reducir y sintetizar el tiempo facilitando el trabajo diario en esta sociedad globalizada, donde surgen novedosas tendencias diversificadas. A la par de la vanguardia en la era de la informática y las telecomunicaciones, también surgen nuevas enfermedades, no sólo padecimientos físicos, sino también mentales, éstos últimos, muchas veces desatendidos y con consecuencias preocupantes.

Catedráticos y especialistas en el campo de la psicología y la psiquiatría, coinciden en señalar que la modernidad trae consigo, además de grandes ventajas, nuevos trastornos mentales. La principal preocupación de los académicos es general: la ausencia de un centro integral para la salud mental en la región.

Para conocer con más detalle la necesidad de un centro de atención psiquiátrica y la existencia de un proyecto encaminado a la construcción de un instituto de salud mental, tres expertos en la materia aportan datos relevantes y describen algunos de los padecimientos más frecuentes o en boga.

Roberto López Franco, psicólogo con maestría en comunicación, director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C), entra de lleno en los antecedentes sobre la ausencia de centros especializados en el país.

“Desde el plano público, históricamente, el Gobierno ha desatendido este sector, esto obedece al presupuesto que requiere el mantener una estructura de este tipo y evidentemente una revisión en cualquier documento más o menos serio, te encuentras que en el nivel público, son servicios que están muy cuestionados por los niveles de calidad”, comenta López Franco.

Por su parte, Edgardo Casillas Ontiveros, director de la Escuela de Psicología de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), señala: “Creo que es importante la creación de un centro, tomando en cuenta que los hospitales de salud que existen en La Laguna, tienen un número limitado para pacientes de carácter psiquiátrico.”

La observación del académico en el Estado de Durango se amplía y señala que definitivamente sí se necesita contemplar la posibilidad de contar con un espacio físico, donde psicología, psiquiatría y neurología pudieran atender a la población que no accede a estos servicios, además de que no hay en la región porque son muy costosos.

Fernando Sánchez Nájera, maestro de psicología, coordinador del capítulo Psiquiatras de Coahuila y Durango, adherido a la Asociación de Psiquiatría de México, declara: “En la Región Lagunera no tenemos un servicio de salud mental que satisfaga la necesidad de prevención en la sociedad y suponiendo que exista en el sector público y privado, nos topamos con el problema de que no hay lugar dónde se atienda las 24 horas del día a la persona con problemas mentales”.

Indispensable

La insistencia de los catedráticos es clara y Roberto López señala como indispensable la medida porque la sociedad se ha ido industrializando, a la vez de que se convierte en una comunidad más compleja y aparece una serie de trastornos que van requiriendo atención hospitalaria.

“En este momento, no creo que la infraestructura que tengamos en el país soporte la atención que ya se está demandando en la actualidad, por eso se hace indispensable que la sociedad, de manera organizada, vaya pensando en la necesidad de contar con este tipo de centro de atención integral”.

El cuestionamiento del maestro de la UA de C se dirige a la sociedad civil, que deja en manos del Estado las iniciativas. “Cuando la misma sociedad civil de manera organizada reconozca que es un problema de base, habría que hacer una vinculación muy clara entre la sociedad civil, Estado y otras instancias. En esa medida, podríamos tener una infraestructura hospitalaria sólida.”

Edgardo Casillas también resalta la necesidad de espacio y explica que actualmente los servicios psiquiátricos en la región implican el desplazamiento del paciente y su familia a una intervención breve de cuatro o cinco días en el hospital, generando gastos que la mayoría de las veces son difíciles de cubrir por personas de escasos recursos.

“Quienes incursionamos en el ámbito de la psicología o de la psicología social particularmente, sabemos bien que un trastorno de carácter psiquiátrico requiere de una cantidad de dinero que las clases populares normalmente no tienen a su alcance. Sólo sufragan el gasto las clases acomodadas donde un especialista cobra 500 ó 660 pesos la consulta y receta medicamentos caros”.

Más padecimientos

Problemas como la depresión, catalogados como trastornos que pueden derivar en una situación muy compleja y que normalmente la misma familia no le da importancia, ocurren porque la respuesta que se da ante este tipo de situaciones es de que se va a pasar pronto. “La población no sabe que un trastorno depresivo puede llegar a niveles alarmantes, donde el individuo puede optar por quitarse la vida”, afirma López Franco.

Desde su punto de vista, el académico señala que al empezar con un período de depresión siempre se convierte en una etapa muy aguda que puede acabar con la vida. “Los síntomas comunes son: melancolía, tristeza, llanto ante situaciones inesperadas, sensación de que no tiene caso su vida en este mundo, que nadie lo quiere y la persona se siente abandonada o poco apreciada hasta que se excluye de la vida social”.

El director de la Escuela de Psicolgía de la UJED coincide y califica a la depresión como el problema más frecuente en la región. “Son muchas las complicaciones laborales por el estrés, y la angustia. También hay problemas en el área infantil, niños con déficit de atención e hiperactividad, padecimientos que son el ‘boom’ en La Laguna”.

El catedrático resalta que hoy en día, todo lo relacionado con los niños es importante y se detecta que hay mucha necesidad, dificultades académicas, algunos trastornos de síntomas neuróticos, en el hogar mucha violencia intrafamiliar, la violencia doméstica hacia los niños.

“Ya no se habla del niño maltratado, que es un término que se ha dejado de usar, pero la prensa da a la luz algunos aspectos de violación a menores, la mayoría se quedan ocultos. Por eso es obligada la existencia de un centro de atención especializado”, advierte Casillas Ontiveros.

Por su parte, el especialista en psiquiatría, Fernando Sánchez, habla del suicidio y menciona que en el sector público, una lesión leve puede demostrar un intento de suicidio y dice: “Las instituciones de salud no adoptan bien este hábito, pero están mejorando, falta especificar quién quiso atentar contra su vida y no minimizar el problema”.

La postura del doctor también es de fondo al cuestionar sobre otro tipo de conductas parasuicidas: “Cuando estamos ante un accidente automovilístico, nos quedamos con la idea que fue inesperado, pero, ¿Cuántas personas tuvieron un impulso suicida y provocaron el incidente?”.

Sánchez Nájera piensa que tal vez un buen número de estas víctimas pudieron manifestar conductas parasuicidas, pero afirma que éstas sólo se pueden detectar a través de profesionales de la salud mental, “a veces la misma familia no lo detecta, hace falta un departamento capaz de atender este tipo de emergencia”, dice.

Catalogados como padecimientos modernos, Roberto López cita a la anorexia que empieza aparentemente como un juego y deviene en trastorno bastante severo, que puede llevar hasta la muerte, principalmente a las mujeres, quienes son las que padecen de manera más común este tipo de problema.

También se presenta la vigorexia y según el mismo académico se refiere a los hombres que pasan horas y horas en el gimnasio, tratando de mantener un cuerpo esbelto, hermoso y son capaces de ingerir algunos medicamentes que pueden trastornar su organismo y terminar con la muerte.

“Las conductas modernas generan una gran cantidad de padecimientos que aparentemente no están dando ningún problema, porque están siendo atendidos por la infraestructura privada, que maneja esto con mucha discreción. Pero también esto va a pasar al sector público y el Gobierno lo deberá atender”, advierte López Franco.

Una alternativa

Ante la citada problemática, Sánchez Nájera presenta una alternativa de solución. La propuesta del especialista es el Instituto Lagunero de Desarrollo y Salud Mental (Ildesame), el cual es un proyecto ambicioso que de inicio contempla un hospital psiquiátrico con 36 camas de emergencia, de estancia intermedia a prologada (de 28 días).

El fundamento del Ildesame es el hospital psiquiátrico, de ahí partiría para después dar atención además de problemas como el suicido, a las adicciones, los trastornos depresivos, de angustia, trastornos psicóticos, trastornos específicos del desarrollo del niño con problemas de lenguaje, a la prevención.

En sondeo realizado por el académico y los demás especialistas involucrados en este proyecto en instituciones médicas, se cuestionó sobre cuántas personas solicitan un servicio psiquiátrico y cuántas requieren hospitalización, se observó que son de dos a cuatro las que requieren atención especializada mensualmente.

El proyecto incluye una serie de operaciones como el servicio de emergencia las 24 horas del día, donde vía telefónica se podrán atender problemas y previa valoración se brindará la atención en el hogar del afectado o en la misma institución.

También se tienen contempladas áreas de consultoría, psicología, psiquiatría, neurología, para atender trastornos simples y severos, apoyándose en gran parte de los futuros profesionistas, pasantes de las materias relacionadas con el proyecto.

Al inicio de 2004, el alcalde de Matamoros, Coahuila, Felipe Medina Cervantes, se manifestó preocupado por la ausencia de un centro especial para la atención de la salud mental. Su inquietud fue planteada “en corto” a los demás ediles de la Comarca Lagunera de Coahuila y su principal oferta es la donación del terreno necesario para la cristalización de un proyecto con las características del Ildesame.

“Todos lo conocen, todos están interesados: las autoridades, la Iniciativa Privada, las universidades, otras organizaciones, hasta la oficina del Presidente de la República, pero en todas partes el problema es siempre el mismo: el dinero”, comenta Sánchez Nájera.

Falta cultura

En México tenemos un problema y una virtud. Así opina Roberto López Franco, director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UA de C, sobre la ausencia de cultura en las personas que no se interesan en la atención de sus padecimientos de salud mental.

“La virtud es la religión, juega una especie de terapia, que permite a los practicantes catartizar y desahogar toda una serie de conflictos o situaciones que experimentan y finalmente el cura y Dios, alivian muchos de los males; pero por otro lado, esto, muchas de las veces sólo posterga el padecimiento”.

El comentario se amplía: “De tal manera que cuando la religión ya no ofrece una alternativa, el padecimiento suele agudizarse y viene la parte negativa de la situación, donde te encuentras con una falta de información impresionante, como al vomitar la comida no atiendes porque te da pena, porque la cultura en que te han entrenado no debes hablar de esas cosas”.

El tabú es general. “Si estás deprimido te aguantas y lo más importante, si tú quieres ir con un psicólogo o un psiquiatra, la gente te dice que sólo los locos acuden con estos especialistas”, confirma López Franco y agrega que la gente ve como un estigma y se rompe cualquier posibilidad de atenderse al padecimiento que está afectando.

Sobre la misma apatía a la atención de la salud mental, Edgardo Casillas Ontiveros, director de la Escuela de Psicología de la UJED, asegura: “En La Laguna no estamos acostumbrados a aceptar la ayuda de un psiquiatra o un psicólogo, ante el hecho de que alguna persona le comente a alguien de la necesidad de ir con un especialista, automáticamente responde: No estoy loco.

El catedrático de la UJED dice que realmente el término locura ya no existe. “Nosotros hablamos del término pero citamos a gente con alternaciones en sus emociones, su carácter, trato con demás personas...”.

Al final, para Roberto López, la clave de está falta de cultura es la prevención: “La educación a los hijos, para que aprendan que cuando hay un padecimiento de este tipo hay que atenderse”

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