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Punto de Vista / El ?trueque?... nace de la crisis

Dr. Fernando Llama Alatorre

Resulta contradictorio el doble papel del dinero: como medio elemental de intercambio, y como vehículo para la acumulación de poder.

Para que esto no ocurra -a según del economista germano-argentino Silvio Gessel- la moneda debería ser ?perecedera? y "oxidable" de modo tal que su acumulación resultara? contraproducente.

Bastó ver por la calle un viejo jeep -que me vendría ideal para el rancho- para que a mi mente viniera la brillante idea de: ¿Quien me podrá dar un viejo jeep a cambio de arreglarles los dientes a su familia?... mmm? pero mi cerebro no paró ahí y me disparó 2 ideas más: ¿Quién intercambiaría mis servicios de Ortodoncia por sus servicios técnicos?... o? ¿Quién intercambiaría una hora de mi tiempo por una hora del suyo?

Qué maravilla diría don Lorenzo, basto una simple idea para que mi cerebro desbocado desencadenara toda una temática encaminada a desaparecer al maldito dinero ?que por cierto? ya casi ni circula? y dar entrada nuevamente al arcaico y efectivo? ¡¡trueque!!

Aun recuerdo cuando hace años un paciente me llevó a su hija para que le enderezara los dientes y cuando le dije el costo del tratamiento, me dijo: cómo ve si le doy una enciclopedia de las que vendo y el resto se lo doy en efectivo. Creo que ésa fue la primera vez que hice un trueque desde aquélla en que Aurelio Ceniceros me cambió mi bello telescopio para ver estrellas, por un mecano y una baraja de magia cuando estábamos en 3º de primaria -y aun hoy día dudo si me habrá tranzado? jo-. En ambos casos acepté el trueque, y aunque ignoro dónde quedó aquel mecano, los dientes del paciente quedaron bellos, y hoy día, aun consulto mis dudas en aquellos libros.

En estos momentos actuales en que México pasa por momentos difíciles, en donde el papel moneda brilla por su ausencia, las palabras recortes presupuestales son el pan de cada día y estamos a un paso de volver a mencionar aquella temida palabra que pareciera hubiéramos olvidado... ¡¡Crisis!!... es ahí cuando nuestro cerebro busca otras alternativas para hacernos de servicios y de comida, y entre ellas la más factible es sin duda alguna la palabra...¡¡trueque!!

No me negará usted señor médico, que cambiaría de mil amores cuatro consultas de 15 minutos porque alguien le diera servicio a su aparato de refrigeración o le arreglara la fuga de agua de su lavabo. O usted señor plomero de connotado prestigio, no me negará que le instalaría gustoso los sanitarios al baño de su dentista, si éste mientras tanto le arreglara la muela a su hija que lleva días quejándose, y usted sin dinero.

Bueno, estas locas ideas futuristas vienen a mi mente siempre que alguien pretende venderme algo con la consabida frase: ¡¡Si está muy barato Fer!!? lo pagas con un tratamiento de Ortodoncia. Cierto, le digo... mándame al paciente, y te lo compro? Primer paso mental para aceptar ?el trueque? como una moneda de pago, mismo que resultaría hoy día una pragmática solución contra algunos de los problemas que aquejan a nuestro país, donde en momentos pareciera que el dinero... ya no volverá a circular más.

Pero como siempre me sucede, cuando estoy por sentirme Cristóbal Colón descubriendo América, me da por consultar más del tema en los libros y resulta que soy el último mortal en haberme enterado de que mis locas ideas ya han empezado a practicarse en otros países, así pues, y ya entrados en gastos, los llevaré a un viaje en el tiempo por el mundo del ?trueque?, empezando por la definición que de él hace la Academia Española de la Lengua: Trueque es el intercambio directo de bienes y servicios, sin mediar la intervención del dinero.

El historiador griego Heródoto describió la forma en que se efectuaba el trueque en las antiguas civilizaciones. Los primeros comerciantes fenicios, griegos y cartagineses descargaban sus mercancías en las costas de la península de Hispania y luego se retiraban. Llegaban luego los nativos y colocaban al lado de las mercancías aquello que querían intercambiar? y también se alejaban. Al rato volvían los mercaderes mediterráneos y evaluaban la propuesta, recogiendo los artículos de los nativos, ?y a según de su valoración?, quitaban o añadían más de sus propias mercancías.

Quienes dieron mayor resonancia a esta práctica fueron los fenicios, cuyo origen se remonta al año 1000 a.C. Mucho antes de que naciera el concepto del dinero, esta raza de semitas-cananeos que vivía a orillas del mar Mediterráneo, habría sido la primera en utilizar el ?trueque?.

Con este modo de operar, los fenicios accedieron a mercancías de otras latitudes. Pero al paso del tiempo la esencia del trueque se perdió al entrar en práctica un nuevo sistema: ?la compra-venta en base a oro y plata?, lo que sería el equivalente, al ?dinero? de hoy día.

Aunque el trueque existió en muchas partes del mundo, es en América donde tuvo su máxima expresión pues los indígenas lo utilizaban de manera permanente dentro de su propia cultura e incluso fuera de ella, encontrándose extraños intercambios de productos de una cultura con otra, por ejemplo: composiciones musicales a cambio de sal o incluso de oro. (Ya desde entonces se valoraba el derecho de autor).

En los registros del Siglo XVI en Colombia se ven transacciones de casas, barcos y obras de arte, a cambio de esclavos. El comercio del trueque manejaba botas por sombreros, alpargatas por mantas de algodón, chicharrones por madera y decenas de artículos más.

Consta en documentos que el trueque fue el modo más común entre los pueblos autóctonos de América para comercializar sus productos. Principalmente los aztecas, los mayas y los incas.

La experiencia del ?trueque? en Chile se remonta a sus pueblos originales. Culturas como la ?aymara? o la ?mapuche? aún ejercen este sistema que posteriormente fue trasmitido a la población criolla conformada por campesinos y sectores populares urbanos.

Ya en época reciente?

Fue a partir de 1994 que el trueque resurgió en Colombia confirmando que el ?homo truequiandum? somos una especie en vías de ?reaparición?, y hemos renacido como respuesta directa a la actual crisis económica.

La falta de trabajo y de recursos fueron potenciados por la mínima presencia de circulante. Ahora, los clubes de trueque son el ámbito donde millones de ciudadanos se han procurado una digna economía de subsistencia, y donde alrededor de dos y medio millones de personas ya han entrado a este círculo de intercambio que cuenta con unos cinco mil clubes en todo el país, que mueven a diario más de tres millones de kilos de comida.

En Argentina el primer club de trueque nació en Bernal provincia de Buenos Aires el 10 de mayo de 1995 con alrededor de 20 personas que a falta de ?dinero circulante? empezaron a ?truequear? sus servicios y posesiones: comida, ropa, artesanías servicios médicos y odontológicos, turismo, jardinería , análisis clínicos, terapias , reparaciones eléctricas, etc.

Desde un primer momento, este grupo de personas apuntaba más a la "solidaridad" -presionados por la crisis económica- que a la conciencia ecológica y al espíritu empresarial, teniendo como objetivo final, lograr un incremento en sus ingresos mensuales.

Se estima que en la actualidad hay millones de personas afiliadas a clubes de trueque en América, cuyos productos y servicios impactan sobre muchos millones más que se benefician de este arcaico sistema, mismo que hoy día se ha extendido ya a España, Uruguay, Brasil, Bolivia, Ecuador y Colombia, entre otros, y actualmente se asesoran para su inicio, Rusia y Finlandia.

Este dispositivo monetario ?el trueque- está inspirado en las teorías del economista germano-argentino Silvio Gessel, quien afirma que la explotación del trabajo humano se debe a fallas estructurales del sistema monetario y al contradictorio doble papel del dinero, como medio de intercambio y de acumulación de poder.

Agregando que para evitar esto, la moneda debería ser ?perecedera? u "oxidable", de tal modo que su acumulación resultara para todos contraproducente. Basta imaginar un país en el que su dinero fueran plátanos, manzanas, maíz y frijol, en cuyo caso? ¿quién podría desear ?atesorar? su fortuna en una bodega?? si bastarían dos semanas para que todo se le echara a perder. Éste sería un método infalible para evitar que la acumulación de dinero se tradujera en... ¡¡poder!!

Todo esto nos hace preguntarnos: ¿Estaremos frente a una alternativa del mercado formal tradicional?

Para el economista Claudio Lara, coordinador del programa de economía internacional de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe, el trueque es sólo un medio de sobrevivencia. En su opinión, el sistema resurgió a raíz de la crisis económicas de varios países cuando se mermó el poder adquisitivo de las personas. En períodos de crisis las personas, con bastante creatividad, comienzan a intercambiar los diferentes bienes y servicios que tienen a su disposición.

A la pregunta expresa de que si el trueque es un sistema arcaico, o considera a éste como un retroceso, agregó: Veo al trueque como un mecanismo que permite enfrentar una situación crítica en un momento determinado. Si uno lo concibe así, obviamente no puede ser una alternativa de mercado a largo plazo. Más bien el trueque es una alternativa para los sectores? ?excluidos de la sociedad?.

¿Cuáles serían entonces las principales limitantes del trueque?

Siempre se ha señalado que el trueque tiene dos límites. Lo engorroso que significa llevar adelante un trueque, y la dificultad para hacer intercambios a gran escala. Por ello el trueque sólo es una alternativa dentro de una economía local, y está lejos de servir como un mecanismo eficiente para una economía nacional o globalizada.

Sus problemas principales serían la indivisibilidad y la no coincidencia en necesidades. Por ejemplo: Si usted tiene un caballo y desea cambiarlo por varias cosas, ¿cómo puede partir el caballo y darle una parte a un agricultor y otra a un sastre?

Para solucionar en parte este problema, se ha introducido el uso del ?vale? o del ?bono? para facilitar las operaciones entre varios miembros de una comunidad, y así, si usted le hace un favor al médico y no necesita de momento de sus servicios, el médico le pagará con un ?vale? de servicio médico, el cual podrá usted intercambiar por frijoles o fruta con quien necesite de los servicios del médico.

Al respecto de los ?vales?, el economista Silvio Gessel decía, que existen diferencias entre el trueque de las antiguas civilizaciones y el de hoy día, dado que antes se utilizaba el cambio de ?bienes por bienes?, mientras que ahora, se intercambian ?bienes? por ?papelitos? de diferentes valores, volviendo con ello a cerrarse el círculo económico, ya que esos ?vales? de diferentes ?valores?, equivaldrían al uso del tradicional papel moneda, del que se pensaba? estábamos prescindiendo.

Nota: Si usted va a ?truequear? su producto, pero de momento no necesita nada, deberá intercambiarlo entonces por algo que usted sepa bien, que en cualquier momento todos desearán. Y si todas las personas confían que ese ?bien? ?sea lo que fuere- tendrá siempre ?gran demanda?, a ese ?bien? ?tarde que temprano- se le denominará? ¡¡Dinero!!.

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