EFE
ABUJA, NIGERIA.- Setenta personas murieron ayer, cuando el autobús en que viajaban por el sudoeste de Nigeria embistió a un camión cisterna cargado con queroseno que se incendió, informaron portavoces de la policía de tránsito local.
El choque se produjo durante la madrugada en la muy transitada carretera que une la ciudad de Ibadan con Lagos, la capital económica nigeriana, según los portavoces policiales, que subrayaron que sólo tres personas sobrevivieron al accidente, el peor en su tipo en los últimos años en el país.
La mayoría de las víctimas del siniestro han quedado calcinadas y su reconocimiento es imposible, agregaron los portavoces de la policía.
Según las fuentes, el vehículo de pasajeros chocó con el camión, que estaba detenido sobre la ruta y, al parecer, con las luces apagadas.
La fuerza del impacto partió la cisterna y el combustible se incendió de inmediato envolviendo a los dos vehículos en una hoguera de varios metros de alto que testigos presenciales definieron como una “enorme bola de fuego”.
Las llamas se propagaron rápidamente tras una segunda explosión en el interior del autobús, donde, al parecer, iban almacenados dos tambores con 50 litros de gasolina extra cada uno, según las fuentes.
Nigeria posee una de las peores cifras del continente en materia de accidentes de carretera debido al mal estado de las autovías, la falta de respeto de los conductores por las ordenanzas de tránsito y el gran número de vehículos con desperfectos mecánicos.
El pasado día tres, al menos 23 personas murieron al chocar un autocar y un transporte de mercancías cerca de la ciudad de Kotonkarfi, capital del estado central de Kogi.
Expertos de la Policía señalaron que el conductor del autobús perdió el control e invadió el carril contrario, donde chocó de frente con el camión.
Ese accidente también ocurrió en las primeras horas de la mañana y según los peritos se debió, probablemente, a que el chofer se durmió al volante.
