Con tu permiso: el acto íntimo que se evidencia

Alfredo Esparza llegó de Los Ángeles a mediados del año pasado para residir en México, D.F. y en el transcurso de encontrar su propio hogar pasó sus primeras semanas en casa de familiares. Fue allí donde empezó a hacer retratos de su primo dormido, después de obtener cuantiosas imágenes apreció que "la persona que aparece en las fotografías distaba mucho de quien conscientemente se asume como tal", esto lo empujó a adentrarse en las noches de sus durmientes y a realizar el proyecto fotográfico: Con tu permiso.

En palabras de Alfredo "el proyecto consiste en hacer un registro fotográfico a diferentes sujetos durante sus horas de sueño nocturnas; desde que cierran los ojos y entran en sueño profundo, hasta que amanece. Voy a la casa de las personas, espero a que duerman, y en intervalos de entre 20 y 30 minutos, hago una serie de fotos durante toda la noche utilizando únicamente iluminación ambiental".

Esto le dio pie al autor a investigar los trabajos relacionados con el suyo para comparar, estructurar y diferenciar el sentido de sus imágenes respecto al de obras anteriores. Entre los trabajos que Alfredo consideró se encuentran el de Sophie Calle, Nanna Saarhelo y Shizuka Yokomizo que aparecieron como los nombres, que a su criterio, están vinculados con el proyecto.

 RELACIÓN DE PODER Y CONFIANZA

Alfredo, inicialmente concibió esta serie pensando en lo vulnerables que lucen los sujetos ante la cámara, "aparecen frágiles y expuestos, faltos de control y dominio de sí. Sin embargo, entre más retratos fui haciendo, me interesaron más las relaciones de poder y confianza que se establecen entre los retratados y yo; asimismo, cómo las nociones de intimidad y privacidad se ven expuestas por mi presencia en la recámara de los sujetos mientras éstos duermen. Así pues, espacio y acto se ven alterados por mi intromisión".

Ahora, con siete meses de producción Alfredo nos cuenta particularidades del proyecto.

→ ¿Cuándo empezaste a fotografiar a personas desconocidas?

Como a los tres meses comencé a centrarme en extraños. Curiosamente, muchos conocidos se rehusaron a participar y como éstos se me acabaron pronto, tuve que voltear hacia otro lado. Al hacerlo así, también me di cuenta que era mucho más interesante con desconocidos que con familiares y amigos. Las dimensiones conceptuales se abrieron.

→ ¿Cómo te contactan?, ¿recurres a tus conocidos o redes sociales?

Se dan ambos casos, hay quien ve la 'fan page' y me busca, o alguien que ya participó le cuenta a sus amigos, alguien se entusiasma y luego me buscan. Pero mayormente los busco yo, mando alrededor de 50 invitaciones diarias.

A veces uno que otro responde y accede, a veces nadie. Por eso es importante mandar ese mensaje diariamente.

→ ¿Aproximadamente a qué hora llegas a sus casas?

Regularmente llego a la casa de los colaboradores entre 21:30 y 23:00 horas; y usualmente me invitan ya sea a cenar o a desayunar. Esta es otra de las partes interesantes que no había contemplado del proyecto, la hospitalidad es una constante en las personas que han colaborado conmigo.

Además, estoy sujeto a los días que para ellos hacer la sesión sea más fácil, pero por una extraña razón, los martes es un día recurrente.

→ ¿Entre los durmientes existe alguna característica común de personalidad durante su estado de vigilia?

Cada sujeto es diferente, pero sí hay varios patrones. La mayoría tiene unas ganas tremendas de hablar, de pronto yo me siento como el cura o el analista, porque encima no son charlas triviales, regularmente me cuentan cosas muy íntimas que seguramente no toda la gente que es cercana a ellos saben. Obviamente, también hay una carga de exhibicionismo fuerte, de otra manera, ¿por qué accederían a participar en este proyecto? Pero al final, yo noto una demanda muy grande por ser escuchados, por revelar sus secretos.

→ Dentro de los objetivos de tu proyecto hablas de la relación de poder y vulnerabilidad entre el durmiente y tú, ¿a qué te refieres?

Es una serie de hechos concatenados: es complicado invitar a tu casa a un extraño hoy día en México para que te haga fotos mientras duermes. La inseguridad y la violencia actual inhiben la confianza en nuestros semejantes. Yo pudiera abusar de esa confianza (también ellos, al dejarme entrar en su casa, que es un espacio totalmente desconocido para mí) al estar ellos dormidos y yo despierto. En teoría yo tengo el control de la situación, situándolos a ellos en una posición de desventaja ante mi presencia. Yo pudiera violentar esa confianza de muchas formas, y ellos saben que esa posibilidad existe, pero aun así, sabiéndose frágiles, acceden. La confianza en el otro siempre nos vuelve vulnerables. Es ahí cuando se teje esa relación, que no se sustenta más que en un mero acto de fe en la buena voluntad del otro.

→ ¿Por qué se llama: Con tu permiso?

La realización de cada sesión está regida por el mismo principio que el de los vampiros. Si la "víctima" no lo consciente, el vampiro nunca entra a su casa. Pero una vez que es invitado a pasar, él puede entrar y salir en ocasiones posteriores. De la misma manera, yo dependo de la autorización del otro para acceder a su espacio privado mientras realizan una de las actividades más íntimas, cómo lo es el dormir. Al respecto, creo que las fotografías dan cuenta de ello, de esa intromisión. Hay una cita de Lacan donde menciona que en lo íntimo se encuentra lo universal, y es precisamente esta parte la que me interesa, la del acto íntimo que se evidencia.