LA VEJEZ
Leo Rosenberg, humorista,
con sólo mirar atrás
puede y cuenta a los demás,
cómo es lo de envejecer:
Primero olvidas las nombres,
y poco después las caras;
subirte la cremallera
es lo que sigue y no falla.
Pero, lo peor de todo,
es cuando olvidas bajarla,
prueba de que ya eres viejo
sin más remedio y ni modo.