Un semanario de circulación nacional publicó este domingo un artículo titulado "Impugnan el Premio Villaurrutia a Sealtiel Alatriste". Se refiere a dos comentarios sobre el otorgamiento de ese premio que aparecieron en los blogs de www.letraslibres.com: uno de Gabriel Zaid y otro mío. Ignoro qué piense Gabriel Zaid sobre el alboroto que se ha armado. Yo expreso mi exclusiva opinión.
Mi comentario deplora que el Sr. Alatriste sea un plagiario, y lo comprueba con documentos. Luego expresa que, por lo mismo, no merece premio literario alguno; que coloca a las instituciones que lo premiarán en una posición incómoda y, sobre todo, que con sus plagios averíe la dignidad moral de la literatura de un país tan proclive a la mentira. Y punto.
El semanario en cuestión enfoca el asunto de una manera peculiar. Se resume en una línea elocuente que aparece al pie de una foto del Sr. Alatriste: "Contra él y la UNAM". Vecina a esa frase, obviamente, figura mi nombre.
No, no estoy contra la UNAM. Esa es una caricatura útil para mentes simples que me puede causar perjuicio, en tanto que llevo 35 dedicado a servirla como académico. Hace muchos años también que mi amor a la UNAM me ha llevado a criticarla en lo que me parece mal, celebrarla en lo que me parece bien y defenderla cuando ha estado en peligro. Siempre en público y con mi firma. Ha sido mi aportación a la vocación crítica de la UNAM que, me parece, comienza en casa. Me honró, en las postrimerías del conflicto de 2000-2001, que el Sr. Rector Juan Ramón de la Fuente dijera que tenía en su oficina un montón de ejemplares de mi libro sobre la UNAM para regalarlo a sus visitantes. No: criticar a la UNAM no es estar "contra" ella. Es merecer el ejemplo de Vasconcelos, Caso, Gaos, el Dr. Ignacio Chávez y de muchos otros que la han criticado.
La única referencia a la UNAM que hay en mi artículo consiste en señalar que uno de los plagios del Sr. Alatriste (que no es el único) fue publicado en la Revista de la Universidad de México. ¿Es eso un ataque? Deploro que se publiquen plagios en ella, pues la degrada, agravia a otros colaboradores (yo entre ellos) y debilita a la UNAM. Lo que hice es defender a la UNAM, cuya obligación de "extender los beneficios de la cultura" se tambalea por conductas adversas a su misión reglamentaria: "formar integralmente a los universitarios".
Un escritor, por principio, es un individuo que escribe desde su individualidad. No me explico cómo denunciar a un individuo que publica plagios en una revista pueda convertirse en un ataque a la institución que financia la revista. O qué, si acuso de irresponsable al capitán del barco que escoró en Italia, ¿se leerá como un ataque al océano?
Que un escritor carezca de escrúpulos para ponerle su firma a escritos de sus colegas, como hace Alatriste con el poeta Javier Villán y el novelista Javier Sánchez Adalid me parece mal. Ni modo.
Llenar de adjetivos a quienes se juzga que atacan a la UNAM, y no a quien comete el plagio, no deja de tener sentido. En México al menos. Es un indicio más de que las fronteras entre la ética intelectual y la corrupción (pues plagiar es una forma de corrupción) se borran velozmente entre nosotros. Es una pena que la rica tradición crítica, artística y literaria de México no se halle exenta de esa corrupción.
No, plagiar no es puma. Quien crea lo contrario está contra la UNAM. Quien practica el plagio en el ámbito de la UNAM está contra la UNAM. Está contra "lo más específico de la enseñanza universitaria", que es "la formación de personas capaces de participar en el trabajo creador y constitutivo de la vida de la cultura", como escribió José Gaos.
