La razón por la cual la polémica en torno a la deuda pública del Estado de Coahuila no cesa es una y simple: el Gobierno Estatal no ha dado información que justifique el gasto de más de 33 mil millones de pesos en créditos cuyo pago será un lastre a las finanzas públicas durante décadas.
Las explicaciones que hasta ahora ha dado el gobernador Jorge Torres López y otros funcionarios estatales son demasiado vagas y no se sustentan con datos reales.
El gobernador afirma que la deuda fue usada para financiar la inversión pública durante el actual sexenio, que permitió construir escuelas, hospitales, carreteras, vialidades, entre otras obras de infraestructura. Según Torres López, esta inversión ascendió a más de 40 mil millones de pesos.
En efecto, la inversión pública en el actual sexenio fue de 42 mil millones de pesos, según un reporte de la firma calificadora Fitch Ratings publicado por El Siglo de Torreón el viernes pasado. Pero el mismo documento indica que ese gasto fue solventado en su mayor parte por los ingresos del Estado.
El reporte es claro al señalar que el Gobierno Estatal no tuvo que recurrir a un endeudamiento masivo para financiar gasto e inversiones.
De hecho el documento indica que en los últimos seis años el Estado gastó 5 mil millones de pesos más de lo que ingresó.
Ese déficit sería manejable, no representaría ningún problema para las finanzas públicas y se explicaría fácilmente. De hecho, la mayor parte del déficit se registró en 2008 y 2009, cuando el país se vio afectado por la recesión económica global y los estados sufrieron recorte de participaciones y baja en su recaudación.
Pero esos 5 mil millones representan apenas un 15 por ciento de los 33 mil 867 millones de pesos que el Gobierno Estatal pidió prestados a bancos con los cuales ahora busca un refinanciamiento.
Hay casi 29 mil millones de pesos sin explicar y hasta ahora los responsables no han mostrado ningún interés en hacerlo. Corren rumores de que la deuda podría ser mayor a la que se ha reportado. También se dice que gran parte de la deuda se habría usado para financiar campañas políticas dentro y fuera de Coahuila. El gobierno estatal lo niega, por supuesto, pero su negativa a explicar la deuda le quita toda credibilidad para ser convincente.
Sin una explicación clara del uso que se le dio a los créditos, la polémica sobre la deuda no hará más que crecer.
