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Las palabras tienen la palabra/ El acento: “importante insignificancia”

Juan Recaredo

“Por esa insignificancia no concibo la distancia entre un buque y un buqué, de presidio a presidió, ni de tomas a Tomás, de mendigo a mendigó, ni de colas a Colás, mas deja probado pues que convierte en un momento las ingles en un inglés…”. (1)

Acento es el énfasis que se le da a una sílaba en cada palabra, distinguiéndola de las demás por una mayor intensidad al pronunciar una vocal. A la sílaba que tiene la acentuación se le llama sílaba tónica.

La tilde es la rayita con la que representamos gráficamente el acento y lo llevan algunas palabras y otras no. (2)

Hábito, habito y habitó... son tres cosas diferentes, y su significado se determina precisamente por la presencia o la ausencia de la tilde, que así marca la vocal en la que debe ir el énfasis al pronunciarla.

Ánimo, animo y animó…

Célebre, celebre y celebré

Cálculo, calculo y calculó

Es muy diferente por ejemplo tener ánimo que decir “a lo mejor si me animo, como me animé la otra vez”. (3) El hecho es que le va uno cambiando el acento de una a otra sílaba y va modificándose el sentido de cada término y por lo mismo de cada expresión.

¿Usted duda a la hora de ponerle tilde a una palabra? Recuerde una reglita ortográfica que debe haber visto en 4° año de primaria. Aplicándola resolverá pos lo menos el 80% de las dudas que puedan surgir acerca del tema.

Llevan tilde, o sea que se acentúan gráficamente: todas las palabras agudas –con énfasis en la última sílaba- que terminan en n, s o vocal como camión, compás y llegó.

Las palabras graves o llanas –las que llevan la acentuación en la penúltima sílaba- que terminan en cualquier otra letra que no sea n, s o vocal (lápiz, cráter o árbol) y las esdrújulas, palabras acentuadas en la antepenúltima sílaba, siempre llevan su rayita, sin importar en lo que terminen, como sucede con cómico, médico y déjalo, por ejemplo.

Lo que sí le recomiendo es que al poner la tilde tenga cuidado. No vaya a ser que esté diciendo algo muy diferente a lo que quería decir.

No es lo mismo “comía como vestííía” que “comía como vestia” que se oye como si se estuviera hablando de la bestia que parece que por regla va al lado de la bella.

La diferencia que marca el acento se muestra también muy claramente en aquel viejo adagio muy mexicano que establece: “Mendigo es el que pide y méééndigo el que no da”.

Por si las dudas

1. Monólogo. Éste es fragmento de un monólogo rimado que escribió Pablo Parellada a principios del Siglo XX. Se titula “El Idioma Castellano”.

2. Tilde. Debe quedar muy claro: el acento es el énfasis que se le da a una vocal al pronunciarla. La tilde es la representación gráfica del acento.

3. Ganas. Como el gastadísimo chiste del que dijo: “Tengo ganas de ir a Europa como el año pasado. ¿Fuiste a Europa el año pasado? No, pero también tuve ganas.

Pregunta: ¿Podría decirme las etimologías de las palabras alcalde, pericia, condolencia y dirimir?, Héctor Gerardo Castañón Cuadros.

Respuesta: “Alcalde” viene del árabe “al-qadi” que significa “el juez”. “Pericia” viene del latín “peritus”, de “periri” como en “experiri”, el que trata, el que aprende tratando (el que experimenta, el experto). La terminación “ia” indica “cualidad”. Condolencia viene de “con” que significa “juntos” y “dolor”, del latín “dolere” que es sufrir, sentir dolor. Condolencia es la acción de condolerse, sufrir juntos. Dirimir deriva del latín “dirimere” que es desunir o disolver.

Frase loca... de remate

Que alguien tenga los mismos enemigos que tú, no quiere decir que sea tu amigo.

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