Londres, (EFE).- La fiebre nostálgica por el Concorde, recientemente retirado del mercado, convirtió en un rotundo éxito la subasta de 128 piezas del avión supersónico celebrada en Londres, que recaudó más de un millón de euros para fines benéficos.
La casa de subastas Bonhams y la aerolínea British Airways (BA) esperaban obtener 750.000 euros con la puja, pero esa cifra se vio superada ampliamente cuando un solo objeto, el "morro" del Concorde, fue adjudicado en 460.000 euros, diez veces más del precio estimado, pauta que se repitió con muchas piezas a subasta.
Un estruendoso aplauso -que recordó al ruido que hacía al volar el ya "jubilado" Concorde- ensordeció el centro de exposiciones Olympia de Londres cuando el enorme objeto fue vendido al empresario de origen húngaro Ferenc Gaspar, de 45 años.
"Creo que es muy barato, pensaba que iba a pagar un millón de libras (casi millón y medio de euros)", fue el comentario del empresario junto a una exultante Jane Emmerson, directora de la institución benéfica "Get Kids Going!", que atiende a niños minusválidos y recibirá 700.000 euros recaudados en la subasta.
Distribuidos en 120 lotes, desde instrumentos de vuelo a fotos, sábanas o medidores de velocidad, entre otros muchos recuerdos, se fueron agotando poco a poco, en medio de una gran expectación del numeroso público que acudió atraído por el "cebo" del Concorde.
"Soy un auténtico fanático del Concorde y es muy triste que ya no vuele más", afirmaba antes de la subasta Robert Loakes, de 52 años, quien el pasado 24 de octubre despidió en el aeropuerto londinense de Heathrow al mítico aparato en su último vuelo desde Nueva York.
Desde un primer momento fue evidente que la subasta organizada por Bonhams iba a ser un éxito, pues los primeros lotes se adjudicaron en precios mucho más altos de los estimados.
El primer objeto a la venta, un dispositivo que mostraba la diferencia entre la velocidad del Concorde y la del sonido, estimado en principio en unos 1.700 euros, fue vendido en 14.500 euros a Gaspar, el empresario que después se llevó el "morro".
Otra pieza, un cuadro que mide la penetración del aire, fue adjudicada en más de 3.500 euros, cuando se había valorado en 260 euros, y un dispositivo que mide la presión del aire se vendió en 5.800 euros, cuando se estimaba en 1.700 euros.
Un interruptor para seleccionar la posición del morro del aparato fue comprado en un precio diez veces mayor al estimado (8.700 euros frente a los 870 euros en que lo valoraba el catálogo), mientras una manta de lana, estimada en 86 euros, se vendió en más de 1.700.
Al final, la cifra total recaudada fue de 1.100.000 euros, "algo absolutamente extraordinario pues la gente ha sido muy generosa", indicó al término de la subasta el presidente de Bonhams, Robert Brooks, que dirigió la puja.
"Ha sido maravilloso, creo que demuestra que el Concorde era realmente un aparato muy especial", opinó Mike Bannister, el último piloto del avión supersónico, quien también acudió a la puja.
El Concorde, el avión más rápido jamás concebido, fue retirado este año de la circulación por BA y Air France debido a su alto coste y poca rentabilidad.
Pero, desde que se anunció su fin, la nostalgia parece haberse apoderado de muchos.
Hay nostalgia por tres décadas de vuelos supersónicos, en las que Europa se adelantó a EEUU, y por la era de lujo y "glamour" que representaba el aparato estilizado, de ala delta y pico afilado, en el que se servía caviar y champán francés en vajilla de porcelana.
Tras 27 años operando vuelos transatlánticos en tres horas y media, a una velocidad superior a los 2.000 kilómetros por hora, los gastos del avión de lujo acabaron por superar los beneficios por la venta de los billetes.
El accidente mortal del avión de 2000 y la posterior suspensión de los Concorde durante quince meses, junto con los atentados del 11-S, la ralentización económica y la guerra contra Irak, se aliaron contra el futuro del aparato supersónico.
Pero el fracaso comercial de sus vuelos, lejos de hacerle perder adeptos, ha dado lugar ahora a una nueva fiebre nostálgica por el Concorde, como ha demostrado la subasta.
