Señoras y señores: aún con los recuerdos del Barcelona en la final de la Champions. Tal parece que la victoria es una costumbre en este equipo, pero lo es todavía más su irrenunciable forma de concebir el futbol. Hay de formas a formas de ganar y la de este equipo es fascinante.
De las 21 ligas que ha ganado, 11 llegaron desde que apareció el Dream Team de Johan Cruyff y de las 25 copas españolas, que es un torneo de consolación, el Barça solamente ha ganado tres. Hoy los retos son mayores, hay que ganar la Champions y nada más.
Y mucha gente podrá decir, equivocadamente, que el Manchester United era un súper equipo, que era invencible, que la Liga Premier es mejor que cualquiera, basta recordar que el Barcelona eliminó también al Arsenal y el Madrid derrotó al Tottenham.
El Barcelona ha madurado muchísimo desde la final del 2009 en Roma, donde venció también al Manchester United, Y en este 2011 en Wembley, le pasa por arriba nuevamente, al más puro estilo del Barça, le robó la pelota y todo el equipo inglés corrió y corrió atrás del balón hasta que dijo: ¡basta!, no puedo más.
Hoy, con cuatro copas ganadas, con un triángulo de Xavi, Iniesta y Messi que monopolizan el balón, llegan al área adversaria con gran facilidad, el pase de Xavi a Pedro para definir, extraordinario, la jugada de Messi para batir al portero, formidable, el gol de Villa, de maestro. Los jugadores del Barcelona son estupendos en el dribling, no solamente tocan la pelota a medio campo ni cerca del área sino también dentro del área, en paredes cortas y rápidas. El Barcelona jamás reclamó el fuera de lugar en el gol del Manchester, actuó a ganar, y como dijera Messi: "si yo juego bien, lo de Iniesta y Xavi tiene mucho mérito, ellos me hacen a mí cada vez mejor".
Cuando su capitán Puyol cede el gafete para que Abidal, recientemente operado de un tumor, sea quien reciba la copa, se muestra el esfuerzo conjunto, una lucha por el equipo para evitar los egos tan característicos en los grupos, donde siempre hay alguien que quiere sobresalir. Los egos en el Barcelona se guardan en una gaveta del vestidor. Y por si fuera poco tiene al mejor jugador del mundo, Messi.
Por cierto, qué falta de respeto de la televisión en México, de comparar a Messi con el Chicharito, él es un jugador en ciernes, pero muy lejos de lo que es Messi, con todo respeto para el Chicharito.
Y qué pena por aquellos entrenadores que creen que ganarle al Barça es lo más fácil del mundo. Que lo intenten o que por lo menos le copien el cinco por ciento de su futbol.
El video del partido del Barcelona debe ser materia obligada para todos los que se sienten entrenadores en México, a ver si así aprenden.