El campeón Monterrey podrá defender su título, luego de vencer de manera dramática 3-2 a Guadalajara y así ser uno de los ocho equipos que jugarán la liguilla del Torneo Clausura 2011 del futbol mexicano. (Notimex)
El sueño se esfumó. Monterrey venció ayer a Chivas de Guadalajara por 3-2 y dejó sin posibilidades a los Guerreros de calificar a la liguilla.
Los laguneros necesitaban como primer requerimiento, de una derrota de los regiomontanos en el Omnilife por dos goles o más, pero los Rayados sacaron la casta y remontaron después de ir abajo en el marcador y lograron la victoria 3-2.
Las otras combinaciones que el equipo albiverde necesitaba se dieron casi de manera milagrosa: los Tigres golearon por 3-0 a los Rojinegros del Atlas, San Luis empató ante Cruz por marcador de 0-0 en el Alfonso Lastras y los Diablos Rojos de Toluca fueron derrotados por los Potros de Hierro en el Andrés Quintana Roo. Por lo que Rayados fueron los únicos que acabaron con la esperanza.
A pesar de que la temporada ha concluido para los Guerreros este día tendrán entrenamiento en las instalaciones del Territorio Santos Modelo a partir de las 17:00 horas.
CHIVAS ENTRA A LA LIGUILLA POR LA PUERTA TRASERA
La amargura de los futbolistas rojiblancos se acentuó cuando el sonido local del estadio Omnilife anunció la goleada de los Tigres al Atlas (3-0), en el Universitario.
Las Chivas obtuvieron el boleto a la Liguilla, pero no por méritos propios. El derrumbe de uno de sus más enconados adversarios las metió a los cuartos de final, ronda en la que recibirán el cotejo de ida, por lo que estarán obligadas a imponerse en el marcador global.
Eso explicó la frustración de muchos. Héctor Reynoso no soportó las burlas de Jesús Zavala. Iracundo, el central encaró al canterano de los Rayados, quien se escabulló, protegido por Ricardo Osorio y Humberto Suazo.
A los integrantes del Monterrey les urgía festejar la clasificación con los poco más de dos mil seguidores regiomontanos que poblaron la parte superior de la cabecera norte.
El campeón despertó en el momento justo. Necesitaba ganar para no depender de otros resultados y lo hizo (3-2) con el agónico y fortuito tanto marcado por Walter Ayoví (89'). La racha de cinco partidos de Liga sin triunfos (cuatro empates y un revés) quedó en el olvido gracias al arrojo del potente mediocampista ecuatoriano, el desvío de Xavier Báez y la tibieza de Luis Michel, quien así cerró su peor actuación de la temporada.
Uno de los bastiones del Rebaño Sagrado, único elemento que no sumó minutos para la regla de menores en la alineación de ayer, se equivocó en dos de las tres anotaciones del vigente monarca.
La otra también tuvo un grosero error de los tapatíos. Los nervios traicionaron a Miguel Ponce en el momento más inoportuno. El chico tapó su rostro con las manos después de que Zavala aprovechó el nefasto intento de retrasar el balón al guardameta de las Chivas, para firmar el momentáneo 2-1 en favor de los visitantes (72').
Severo golpe del que el Guadalajara se recuperó 10 minutos más tarde. Marco Fabián hizo su segundo gol de la noche tras un excelente servicio de Alberto Medina. La necesidad de dos equipos con ataques respetables arrojó un duelo que hizo vibrar a los aproximadamente 40 mil aficionados que asistieron al Omnilife.
El habilidoso volante llegó a ocho tantos en el Clausura 2011, confirmándose como la referencia ofensiva de las Chivas, quienes volvían a soñar con la victoria que les permitiría aspirar al tercer puesto general... Hasta que Ayoví y la mala suerte apagaron el anhelo de un plantel que cerró la fase regular con tres juegos sin triunfo (una igualada y dos caídas).
Algunos seguidores rojiblancos no se sorprendieron con la quinta anotación de la noche. Empezaron a preocuparse desde que Osorio igualó el encuentro a uno, justo antes del descanso. Primera anotación del doble mundialista en el máximo circuito nacional. Lo consiguió hasta su encuentro número 170.
La fortuna que el Guadalajara no tuvo en el sintético césped de su hogar le sonrió en el norte, debido a unos Rojinegros que hicieron aún más vergonzosa la clasificación de su acérrimo rival.
