Labores. En las últimas jornadas, los vientos pasaron de 30 a 50 kilómetros por hora con rachas de 70 a 80 kilómetros por hora.
La ola de incendios que afecta al estado alcanzó niveles alarmantes al superar las 42 mil hectáreas siniestradas de pastizales, matorral y árboles adultos, informó la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Resaltó que los vientos y tornados han impedido el avance en el control del fuego que se combate en cuatro frentes.
Rafael Elvira Quesada, titular de la Semarnat, destacó que 924 especialistas trabajan en el combate, apoyados con cinco helicópteros, tres caterpillar, 23 vehículos, dos tractores, ocho "buldócer" y dos motoconformadoras. "Es el mayor número de especialistas que se ha reunido en la historia de incendios en México", dijo.
Con menos de 100 días transcurridos, 2011 es para Coahuila el peor año en cuanto a daños por incendios forestales.
Las más de 42 mil hectáreas afectadas son la cifra más alta desde 1996, según estadísticas de la Comisión Nacional Forestal (Conafor). En ese año, 151 incendios afectaron 24 mil 475.41 hectáreas, detalló.
Este año, tres incendios iniciaron el 17 de marzo en los municipios de Melchor Múzquiz, Ciudad Acuña y Ocampo, debido a rayos que quemaron la vegetación seca y el 30 de marzo se produjo una nueva conflagración en la sierra boscosa de Arteaga, en los límites entre Coahuila y Nuevo León, donde abundan cedros y encinos.
El pasado lunes, en Nueva Rosita, se reportó otro incendio de pastizal, a un costado de una gasera ubicada sobre la carretera estatal Múzquiz-San Juan.
Ayer, luego de un recorrido en helicóptero por la zona dañada, Rafael Elvira Quesada dijo que de la superficie afectada, 22 mil 10 hectáreas corresponden a pastizal, 12 mil 640 a matorrales y arbustos, 100 hectáreas a arbolado adulto y renuevo, y del resto no cuenta con datos.
Explicó que en las últimas jornadas, los vientos pasaron de 30 a 50 kilómetros por hora con rachas de 70 a 80 kilómetros por hora, lo que ha dificultado la tarea, además se presentaron los primeros tornados en la región, lo que provoca una mayor dispersión de las brasas y complica las tareas de mitigación.