SINGAPUR, (Reuters).- Singapur, el país donde la prostitución es legal y el sexo oral es un crimen, está haciendo un examen de conciencia sobre moralidad, sexualidad, y leyes.
En un país cuya tasa de natalidad está cayendo, se está realizando un debate sobre las leyes del sexo, después de que un hombre de 27 años fue condenado a dos años de prisión bajo el cargo de haber recibido sexo oral.
El hombre, un sargento de policía, terminó en prisión después de que una joven informara a la policía que le había practicado una felación tras conocerse en una 'sala' de chat.
Medios locales dijeron que ella tiene 16 años, y que supera la edad legal para practicar sexo en Singapur. Tras días de cartas de enfurecidos lectores a periódicos que calificaron de anticuada la ley sobre el sexo oral, el gobierno dijo que la edad de la joven al momento del incidente era de 15 años.
La controversia no parece que vaya a decaer, dicen abogados, por la sección 377 del Código Penal de Singapur, que la policía utiliza para seguir el caso.
Dicha sección dice "quien sea que voluntariamente tenga intercurso carnal contra el orden natural con cualquier hombre, mujer o animal puede ser multado y encarcelado por hasta 10 años, o quizás de por vida".
Una ley así efectivamente criminaliza la homosexualidad y el sexo oral entre hombres y mujeres, y su aplicación parece que ha mortificado a mucha gente.
"¿Nadie se da cuenta de lo arcaica que es la ley contra el sexo oral?", escribió Christopher Low Kin Siong en una de las muchas cartas de protesta enviadas al diario Straits Times.
"No hay razón para que la ley interfiera con la vida sexual de nadie", agregó. "Aplicando la ley, el Estado convierte en criminales a la mayoría de los adultos con vida sexual".
