El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- La noche y ella se llevan tan bien, que Alejandra Barros bien pudiera ser nombrada “Alejandra de la Noche”.
Ha sido en medio de la oscuridad, cuando a la protagonista del nuevo melodrama de Salvador Mejía le han sucedido los momentos más significativos de su existencia. Era de noche cuando sus padres le dijeron que iban a divorciarse; fue de noche cuando dio a luz a su hijo Luis Manuel y ahora está buscando demostrar que es una verdadera actriz con Mariana de la Noche.
Al igual que en la telenovela, su voz es dulce y pausada. La joven estaba siendo trasladada a una locación mientras concedió la entrevista; por momentos la comunicación se cortó debido al ajetreo del camino pero ella jamás se negó a contestar nada a diferencia de Michelle Vieth y Fernando Colunga.
-¿Cuál ha sido tu noche más triste?
-Una en la que mis padres entraron al cuarto y nos dijeron a mi hermana y a mí que se iban a divorciar; recuerdo que estábamos en pijama. Lloré mucho, tenía como cinco años.
-Y cuando lloras por amor, ¿también lo haces por las noches?
-Cuando lloro por amor lo hago todo el día, no nada más en la noche – rió por unos momentos.
-¿Y qué me dices de tú noche más feliz?
“Fue cuando estaba a punto de parir... fue una noche de mucho dolor pero también de alegría. Definitivamente la noche y yo nos llevamos bien”.
Finalmente, después de seis telenovelas y de demostrar que era una actriz preparada para cualquier reto, Salvador Mejía la eligió para ser la protagonista de su nueva historia, en donde tendría que darle vida a la hija de un hacendado que cree estar bajo una maldición por la que mueren sus pretendientes amorosos. Al principio fue a Verónica Castro a quien le hicieron la invitación, pero la ‘Big artista’ optó por ser el rostro que dirige a Big Brother VIP.
“Ya era hora de demostrar que soy actriz y que puedo aguantar el peso de un protagónico”, dijo Alejandra Barros... anteriormente había participado en cinco melodramas pero haciendo papeles de soporte, pasando por familiares de los protagonistas hasta un casi estelar en Clase 406, en donde representó a Adriana Pineda y Ángela.
-¿Qué te gusta más, el día o la noche?
-La noche porque es cuando llego con mi hijo a la casa y a descansar. Me gusta mucho porque pienso, reflexiono, leo, estudio... en la noche estoy conmigo misma, tranquila y es que muchas veces vengo de un día pesado en donde hago escenas de mucha violencia o llanto, unas bastante intensas.
A palabras de la actriz, este ha sido un año sensacional para ella en todos los sentidos; en lo profesional le ofrecieron su primer protagónico y en lo personal goza de la compañía de su pequeño hijo y de su gran amor Tony Dalton.
MARCADA POR SUS SUEÑOS Y EL DOLOR
La vida le ha dado de todo, desde felicidad hasta sufrimiento, pero definitivamente la existencia de Alejandra Barros está marcada por dos sucesos: el viaje de estudios que hizo a Nueva York en contra de su familia y la muerte del padre de su hermana.
“Antes de irme a Nueva York estudiaba ingeniería textil para seguir las reglas de mi papá a todo lugar, pero no era feliz, me estaba frustrando y fue cuando decidí irme. Fue difícil pero finalmente hice lo que realmente quería. La segunda situación que me cambió radicalmente fue cuando murió el papá de mi hermana, quien fue mucho tiempo mi papá. De eso aprendí que la vida no es para estar preocupados; gastamos tiempo en lo que no vale la pena. Él falleció de un padecimiento del hígado y no hubo oportunidad de hacerle un transplante”, contó.
La Alejandra actual es feliz y trata de disfrutar el día a día; finalmente sabe que no será eterna.
FUTURO PROMETEDOR
Alejandra Barros realizó estudios en la Escuela de Actuación Lee Strasberg y en la Escuela de Cine y Televisión del Actor’s Studio de la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos, instituciones de renombre a nivel internacional.
-Participó en Confidente de Secundaria, Huracán, Locura de Amor, Atrévete a Olvidarme, María Belén, Navidad Sin Fin y Clase 406.
-Dijo que sería un honor convertirse en la nueva Adela Noriega, pero su carrera y la de esta última serán diferentes porque ella (Noriega) se ha dedicado a hacer más televisión y Alejandra quiere cine y teatro.
-Aunque aseguró que las comparaciones son muy “chafas”, le gustaría llegar a ser tan buena actriz como Glen Close.
-Sobre los comentarios que se han llegado a hacer sobre la nueva camada de actores, de que no están preparados o son irresponsables, mencionó que la experiencia que tuvo al trabajar con gente joven dentro de Clase 406 fue muy buena y quedó sorprendida con el profesionalismo y disciplina que mostró la mayoría de ellos.
FUENTE: Investigación El Siglo de Torreón
