Los gobiernos estatales demandaron a la Secretaría de Educación Pública (SEP) ampliar en cuatro mil 300 las becas que otorga a las niñas y jóvenes de entre 12 y 18 años para que el próximo año no abandonen la primaria y la secundaria, pese a su condición de embarazo o de madres adolescentes.
De acuerdo con la iniciativa y estudio preliminar que tiene la dependencia, en el primer diagnóstico nacional se prevé que son alrededor de cuatro mil niñas las que presentan condición de embarazo o ya son madres y no cuentan con un apoyo y están en riesgo de abandonar las escuelas.
"Con base en la proyección contenida en los diagnósticos estatales, se gestiona ante la Secretaría de Hacienda ampliar los recursos para cubrir la demanda de este beneficio".
En las perspectivas que se ha planteado el Programa de Becas de Apoyo a la Educación Básica de Madres y Jóvenes y Jóvenes Embarazadas (Promajoven) para 2011, se señala que después de haber realizado ese diagnóstico "existe una plataforma solicitada desde las entidades para ampliar en cuatro mil 300 becas más el programa para el próximo año".
Después de que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó el primer diagnóstico nacional sobre rezago educativo para la SEP, la dependencia a cargo de Alonso Lujambio gestiona ante el Congreso de la Unión una ampliación presupuestal de 46.26% para este programa, con el cual se distribuirían 27.95 millones de pesos entre las jóvenes madres.
Entre las proyecciones que hace la Subsecretaría de Educación Básica, a cargo de Fernando González Sánchez -yerno de Elba Esther Gordillo, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)- para 2012 se prevé que serán casi 50 mil las jóvenes que requieran este apoyo, mientras que en 2010 el programa beneficia a siete mil 350 adolescentes.
Según el estudio del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, la escasa aceptación de la sexualidad adolescente que existe en la sociedad mexicana, obstaculiza una educación sexual adecuada y el acceso a métodos de prevención del embarazo".
Esto significa que en la mayoría de los entornos familiares y educativos de las adolescentes entrevistadas predomina una escasa educación sexual, una fuerte dependencia de padres y parejas que evita la aplicación de una sexualidad en las adolescentes libre de utilizar la información con la que cuenta y acudir al uso de métodos anticonceptivos y profilácticos en sus relaciones sexuales, refiere la investigación.
