Tomás no olvida el 2 de octubre

Escondido en el café “La Habana”, junto con simpatizantes del Partido Comunista de México, Tomás Ledesma, artista que elaboraba los carteles para el movimiento estudiantil de 1968, recuerda la manera como vivió el 2 de octubre de aquel año en la Plaza de las Tres Culturas: “sólo escuchábamos los disparos, pero nadie nos imaginábamos la magnitud de aquella masacre”.

A 42 años de uno de los eventos contemporáneos más significativos en la vida social y política de México, Tomás Ledesma, artista gráfico, dibujante y pintor, asegura que aquella tarde del 2 de octubre salió de su departamento con varios grabados para repartir en la manifestación, “de repente se detuvo el camión y nos bajaron los granaderos... corrimos a resguardarnos a un café, “El Habana”, una vez adentro del negocio, el dibujante y sus compañeros del partido comunista, se encerraron para evitar ser vistos por las fuerzas policiacas.

En punto de las 8 de la noche, aún en el café, Tomás encendió la televisión para enterarse de lo ocurrido en Tlatelolco. “Vimos a Jacobo (Zabludovzky), pero lo único que dijo era que había disturbios con unos 40 muertos”. Sin embargo, cuando Tomás y sus compañeros salieron con rumbo a la plaza horas más tarde, se dieron cuenta de que el número de cadáveres era mucho mayor al manejado en el noticiero televisivo, “fue un acto cobarde del Gobierno”.

Hoy en día, Tomás es profesor de dibujo en el departamento de difusión cultural de la U.A. de C., donde constantemente, habla a sus estudiantes sobre la situación que se vivía en aquellos tiempos, “no había libertad de casi nada, si salías a las calles muy tarde, te levantaban... además no se podía criticar ninguna acción del Gobierno”.

En su tiempo libre se dedica a la pintura y los grabados en su estudio privado, donde mantiene guardados aún, los carteles originales que utilizaban para la propaganda del movimiento, además de una gran variedad de libros y fotografías que ilustran sobre las movilizaciones en Francia, México y Praga.

Sobre la situación política, social y económica del país en la actualidad, Tomás aceptó que aún hay mucho por trabajar, pero aseguró que se han logrado grandes avances en poco tiempo, “tenemos muchas libertades que antes eran inalcanzables... los jóvenes de ahora deben aprovecharlas”, aunque lamenta que una gran cantidad de estudiantes no tengan conocimiento de lo que sucedió aquella noche en Tlatelolco y las repercusiones que tuvo para la actual vida nacional, “el problema de los jóvenes de hoy es el gran conformismo y enajenamiento por las modas”.

El pintor asegura que en el futuro le esperan grandes cosas a México, pero advirtió, que sólo si las generaciones actuales y futuras adquieren un compromiso real, se podría mejorar, “de lo contrario van a venir más políticos como Díaz Ordaz y Luis Echeverría... con un egoísmo enorme”.

Tomás Ledesma asegura que para este 2 de octubre no hay mejor forma de honrar la vida de sus compañeros desaparecidos, que trabajar de forma honesta y con la convicción de mejorar siempre, “necesitamos más idealistas, los grandes cambios como la independencia y la revolución no se notaron de un día a otro... hay que trabajar bastante”, finalizó.

'Hay que comprometerse... de lo contrario van a venir más políticos como Díaz Ordaz y Luis Echeverría'.

Tomás Ledesma

Artista gráfico del movimiento estudiantil de 1968.

Y la sangre corrió en Tlatelolco

El enfrentamiento entre dos grupos de estudiantes en la Preparatoria Vocacional número 2, y el ingreso de la Policía a la institución, fueron los detonantes del movimiento estudiantil de 1968.

Mientras las protestas crecían los reflectores nacionales apuntaban en dirección a ´los preparativos de los Juegos Olímpicos que se inaugurarían el 12 de octubre.

Sin embargo, desde junio de aquel agitado año, grupos de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional y de la Universidad Nacional Autónoma de México comenzaron a hacer eco de las agitaciones sociales de otros países -como Francia, Estados Unidos y Checoslovaquia-.

Reclamaban reestructuración política, mayores libertades ciudadanas y el fin del autoritarismo, por lo que salieron en manifestaciones cada semana por las calles de la Ciudad de México.

El presidente de la República era Gustavo Díaz Ordaz, y el secretario de Gobernación, Luis Echeverría, quienes se esforzaron por ocultar a la comunidad internacional la inconformidad que se manifestaba en México para que no se viera empañada la celebración de la Olimpíada.

Conforme se acercaban los juegos, las movilizaciones aumentaban y también la represión. El 2 de octubre, 10 días antes de que comenzara la justa olímpica, el Gobierno de Díaz Ordaz movilizó a las fuerzas militares y policiacas para disolver de manera violenta la concentración en la Plaza de las Tres Culturas, dando como resultado encarcelamientos y un número indefinido de muertos y desaparecidos.

Este acontecimiento se convirtió en uno de los más significativos de la vida nacional en la segunda mitad del siglo XX, acontecimiento que, bajo el lema “2 de octubre no se olvida” se ha mantenido vivo en la memoria colectiva del país.

¿Qué pasó hoy hace 42 años?

Jóvenes estudiantes de distintas instituciones educativas de la región, comparten su conocimiento y hablan sobre lo sucedido en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968. La mayoría de los entrevistados reconoce saber poco de lo ocurrido hace 42 años.

'Creo que el presidente en aquel entonces era Guadalupe Victoria... pero no me acuerdo bien'.

Cindy López

Estudiante Bioquímica.

'Era una manifestación de estudiantes contra el Gobierno de aquel entonces”.

Luis Adame

Estudiante de Ingeniería.

'La gente prefiere olvidar lo que pasó en el pasado, no hay cultura general'.

Ilse Estrada

Estudiante de Admón.

'Fue la matanza de estudiantes por una huelga en la plaza de Tlatelolco'.

Allison García

Estudiante de secundaria.