María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador y Montiel, mejor conocida como Leona Vicario, nació en la Ciudad de México el 10 de abril de 1789, en el seno de una familia criolla acomodada.
Quedó huérfana a los 18 años, quedando bajo el cuidado de su tío Agustín Fernández de San Salvador, quien fungía como albacea.
Luego conoció a Andrés Quintana Roo, de quien se enamoró y debido a la negativa de su familia para contraer matrimonio, Leona huyó de su casa para unirse a este personaje y a la insurgencia y se trasladó al pueblo de Tacuba, donde formó un grupo de mujeres que apoyaban la causa independiente.
Sirvió como correo de los insurgentes, además de ser su espía en la Ciudad de México en la organización secreta 'Los Guadalupes', hasta que fue apresada el 13 de enero de 1813.
Al ser descubierta su participación en las conjuras independentistas, fue condenada a recluirse en el convento de Belén de las Mochas, en esta capital, de donde escapó hacia Tlalpujahua, Michoacán, y allí contrajo nupcias con Quintana Roo.
Murió en esta metrópoli el 21 de agosto de 1842 y fue declarada Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria. Ha sido la única mujer en México a la que se le han brindado funerales de Estado.
Sus restos han sido trasladados a Palacio Nacional y su nombre está inscrito con letras de oro en el Muro de Honor del Palacio Legislativo de San Lázaro, sede de la Cámara de Diputados.
Al acontecimiento asistió Antonio Monreal Luna, coordinador técnico jurídico, con la representación del director general de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública, Benjamín González Roaro.
