Conveniente, bañarse con los hijos

Parte del morbo de las personas se genera por el desconocimiento que se tiene del cuerpo humano, ya sea de hombre o de mujer, sus partes y la función que realizan.

Una manera de que los hijos adopten una concepción del cuerpo entendida en su función biológica y sexual como parte de su misma naturaleza, es a través del aseo compartido desde temprana edad.

En décadas pasadas algunos jóvenes contraían matrimonio a temprana edad sólo par ver desnuda a su esposa. Después lo hicieron para saber el significado real de la noche de bodas. Ahora no tienen ese inconveniente, basta con que hagan una búsqueda en Internet y listo, no les queda ninguna duda. Sin embargo lejos de quedar satisfechos con la gráfica explicación despierta más inquietudes que los puede orillar a experimentar lo ya visto.

Para la sicóloga Elizabeth Juárez, es precisamente el baño compartido una de las formas de evitar el morbo y la curiosidad entre los menores.

“Desde que el niño es pequeño, papás o mamás pueden compartir el baño con él. Esto tendría que ser desde bebés, para que al llegar a una edad más avanzada perciban el cuerpo humano como lo que es, algo natural que está conformado por diversas partes encaminadas a cumplir determinadas funciones”, dijo.

La sicóloga explicó que es a través de las inquietudes que puedan surgir de los niños a la hora de la ducha, el momento en el que la mamá o el papá, debe aprovechar para explicarle de una manera sencilla y comprensible la función que realiza cada una de las partes en cuestión, siempre utilizando un lenguaje apropiado.

“Si el niño pregunta hay que contestarle. El lenguaje debe ser el apropiado. Nosotros como adultos tenemos algunos conceptos bien definidos, pero los niños a lo mejor no los entienden. Entonces se debe satisfacer su curiosidad a través de una explicación que puedan asimilar” , dijo.

Es a la edad de 4 años, cuando los niños buscan su propia intimidad y tal vez quieran bañarse solos. Ante esto los padres deben ser comprensivos y no obligarlos.

“No es bueno obligar a los niños a hacer algo que no quieren. Se tiene que respetar siempre su intimidad. Si ellos no están dispuestos a compartir la ducha hay que preguntarle las razones y respetar su decisión”, dijo.

Juárez recomendó el baño entre personas del mismo sexo, es decir, madre e hija y padre e hijo, sin embargo señaló que el baño entre niña y papá o mamá e hijo no es nocivo en los primeros años de vida del pequeño, pero es mejor entre personas del mismo sexo para que reciban la información en función de su propio cuerpo. La ducha entre personas de diferentes sexos, además se debe interrumpir por la etapa que atraviesan algunos infantes conocida como complejo de Edipo o Electra.

“Sí se puede practicar (el baño entre diferentes sexos), pero es complicado después de los 3 ó 4 años, que es cuando los niños enfrentan lo que se le conoce como el complejo de Edipo que es una especie de enamoramiento que los niños experimentan hacia sus madres. Aquí no sería de mucha utilidad el compartir la ducha”,dijo.

Agregó que para continuar con este proceso de formación sexual, los padres deben tener comunicación constante con sus hijos ayudándoles a resolver todas las dudas que pudieran surgir sobre la sexualidad y las funciones del cuerpo humano, con el fin de desaparecer el tabú del desnudo y a abrir espacios para una nueva concepción sobre la sexualidad. Con esto se puede evitar una práctica anticipada de sexo cuyas consecuencias pueden ser un embarazo no deseado a temprana edad, la contracción de enfermedades venéreas e incluso la baja de autoestima por haber hecho “algo malo”, según la sociedad.