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Comida 'chatarra' reina por encima de las leyes

Alimentación. Expertos, funcionarios, legisladores e investigadores coinciden en que en la formación de niños obesos y desnutridos han contribuido las escuelas, con la venta de comida sin valor alimenticio en las llamadas cooperativas.

Alimentación. Expertos, funcionarios, legisladores e investigadores coinciden en que en la formación de niños obesos y desnutridos han contribuido las escuelas, con la venta de comida sin valor alimenticio en las llamadas cooperativas.

EL UNIVERSAL

"Si no es grasoso, no es sabroso", parece ser la máxima alimentaria de niños y jóvenes en Hidalgo. Como resultado, el 18% de los escolares de ese estado padece algún grado de obesidad, aunque no por ello estén bien alimentados ya que semanalmente en los planteles se desmayan 2 o 3 niños por desnutrición.

Expertos, funcionarios, legisladores e investigadores coinciden en que en la formación de niños obesos y desnutridos han contribuido las escuelas, con la venta de comida sin valor alimenticio en las llamadas cooperativas, controladas por la dirección de los planteles y padres de los alumnos.

En Hidalgo, el sobrepeso y la obesidad afecta al 18% de los alumnos y al 30% de los adolescentes, mientras que a nivel nacional se incluye al 26% de los menores y el 31% de los jóvenes.

"¿Por qué no podemos comer esto?", pregunta Martha, entre indignada y confusa, mientras muestra un envase plástico con supuesto jugo elaborado por una conocida empresa transnacional de alimentos. Para Martha, estudiante de telesecundaria, como para muchos jóvenes y niños, no hay diferencia entre un aparente jugo embotellado y un vaso de agua preparado con frutas naturales.

"La obesidad infantil es un problema de salud similar al tabaquismo", indicó en enero pasado la diputada federal del PRD, Mary Telma Guajardo Villarreal, al advertir que los productos "chatarra" que se venden en las escuelas "son una importante fuente de la obesidad infantil en México", y por consiguiente se debe legislar como se hizo para prohibir fumar en lugares cerrados.

Hidalgo, Baja California Sur, Michoacán y San Luis Potosí han legislado para desterrar de las escuelas, con poco éxito, la venta de alimentos sin valor nutricional; otros 20 estados cuentan con reglamentos para este fin, y en los restantes ocho sus legisladores han considerado la necesidad de acabar con esa añeja práctica de las cooperativas escolares.

Según la diputada Guajardo Villarreal, en los lineamientos generales para el expendio de alimentos y bebidas en las tiendas o cooperativas escolares, la Secretaría de Educación Pública (SEP) autoriza el consumo y venta de productos sin contenido alimenticio.

"La población infantil es la mayor consumidora de esos productos y en particular los escolares; las cooperativas son el lugar donde se expende una gran variedad, de ahí que se pueda establecer una correlación directa entre la obesidad infantil con el consumo de ese tipo de productos por la ingesta irracional y generalizada de golosinas con un alto valor en calorías y carbohidratos".

En Hidalgo, la diputada perredista Estela Rubio Martínez propuso legislar la prohibición de comercializar en las escuelas alimentos o bebidas con escaso valor nutricional; la medida se aplicó a partir del actual ciclo educativo.

Sin embargo, en San Luis Potosí, a casi un año de la entrada en vigor -en marzo de 2009- de la Ley antichatarra, que pocas escuelas cumplen, los malos hábitos alimenticios en las primarias ganan la partida a la intención de las autoridades para abatir los casos de sobrepeso y desnutrición. Se han detectado niños con gastritis y colitis por el consumo en exceso de picante artificial.

 ADQUIRIR CONCIENCIA "Muchos niños a la hora de la salida compran frituras y sus papás también comen ese tipo de productos. Es un hábito que se aprende de observar", dijo la directora Aurelia Alonso, de la primaria José María Morelos y Pavón, en la ciudad de San Luis Potosí.

Para el director de relaciones sectoriales de la Secretaría de Salud de Hidalgo, Israel Mendoza, tardará al menos tres generaciones para que haya un cambio real en los hábitos de alimentación estudiantil. "Por decreto no se cambian las actitudes alimenticias, es necesario que gradualmente se adquiera conciencia", coincidió la secretaria estatal de Educación Pública, Rocío Ruiz de la Barrera.

La funcionaria aseguró que en las 600 tiendas escolares de Hidalgo ya no se venden bebidas industrializadas, frituras o sopas instantáneas, dulces, chocolates o confituras que no cumplan con la norma sanitaria. "El impacto en los ingresos fue inmediato. Vendíamos 3 mil 500 pesos y bajaron a 2 mil 200".

María Luisa García, encargada de la tienda escolar en la secundaria técnica numero 8 de Pachuca, dijo que "la solución ha sido buscar alternativas, productos que gusten a los niños y traemos unos churritos de amaranto, elaboramos agua de horchata o de limón y preparamos tortas con productos de primera calidad".

 REGLAMENTO NO APLICADO En Reynosa, Tamaulipas, donde un estudio ubicó a los niños como los más "gorditos" a nivel nacional, pusieron a los alumnos a realizar prácticas de gimnasia, pero no se aplica el control de productos "chatarra". Un ejercicio similar fue recomendado a los estudiantes de Morelos, donde se determinó "regular" la venta de alimentos en escuelas.

En Baja California, cuarto lugar en obesidad infantil en el país, se prevé aplicar, a partir del próximo ciclo la Ley antichamoy aprobada por la legislatura pasada, aunque no contempla regular la venta de esos productos.

En Colima, desde junio de 2007 por decreto gubernamental, se prohíbe la venta de comida chatarra en las escuelas, pero fue hasta mediados de febrero de 2009 cuando se decidió aplicar la norma y retirar de las escuelas a los ambulantes y sancionar a reincidentes con multas de hasta 50 salarios mínimos.

Ahora, según las autoridades de la entidad, "la obesidad, principalmente en los niveles de preescolar y primaria, es un problema de cultura familiar y en donde se debe trabajar más para que los padres de familia proporcionen a sus hijos alimentos sanos".

Temen perder su trabajo vendedores

Los vendedores de frituras y dulces instalados afuera de las escuelas ganan hasta 350 pesos en menos de 30 minutos, tiempo que tardan los alumnos en desalojar los planteles rumbo a casa. Ello, a pesar de que sus ventas cayeron cerca de 30% por las restricciones contra los alimentos "chatarra".

Alfonso Medina tiene con la venta de frituras su única fuente de ingresos y teme que las autoridades decidan retirarlos de las escuelas.

"Con 49 años de edad nadie me va a dar empleo fijo. Con estos ingresos al menos mantengo a mi esposa, pero los maestros le están diciendo a los estudiantes que ya no nos compren".

Mientras coloca en bolsas los chicharrones de harina que vende frente a la escuela Heroínas Mexicanas, Alfonso Medina dice que vender fruta fresca no es negocio debido a los altos precios y porque los niños sólo gastan entre tres y cinco pesos. "Una bolsa de frituras la doy en cinco pesos, es lo más que los papás le dan a sus hijos para gastar; un vaso de fruta lo tendría que vender a ocho pesos para tener ganancia, pero no lo pagan".

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