Cristian Mijares fracasó en su segundo intento por obtener el título interino de peso gallo del AMB. El venezolano Nehomar Cermeño, hueso duro de roer para el lagunero, ganó anoche el combate por decisión unánime. (Fotografías de Ramón Sotomayor Covarrubias)
Cristian Mijares pierde el combate y anuncia su retiro.
MONTERREY, NL.- “Me retiro del boxeo, eso es lo único que puedo pensar en estos momentos, lo consultaré con mi familia, pero veo complicado cambiar mi decisión”, fueron las primeras impresiones de Cristian Mijares tras salir del vestidor con par de vendoletas sobre sus cejas.
El “Diamante” permaneció casi una hora en el vestidor, donde fue suturado por el cirujano bajacaliforniano Armando Barak Martínez, quien tuvo que ponerle varios puntos, los cuales serán retirados hasta el jueves, aunque cada seis horas tendrá que aplicar hielo en las zonas afectadas. En la ceja izquierda fueron cuatro centímetros, mientras que en la derecha dos.
“Tuve la mejor preparación de mi carrera y no alcanzó, reconozco la derrota y ahorita no tengo oportunidad en un deporte que tanto me dio, lo analizaré, pero hay cosas más importantes que el boxeo”.
Dijo que ya basta de tanto sacrificio y de ver sufrir a su familia, por lo que llegó al límite en su carrera boxística, sobre todo luego de tres derrotas consecutivas y más de un año sin triunfar, por lo que no tiene caso continuar sin conseguir éxito alguno.
“Reconozco que fui derrotado por un gran rival y campeón como lo es Nehomar, pero no me alcanzó y las cosas son así. Los cabezazos no son pretexto en la derrota, sí mermó, aunque no fue factor para no salir con la victoria”.
Mijares fue apoyado por toda su familia y amistades, recibiendo la visita de su mamá Lupita en el vestidor previo a la confrontación, aunque originalmente no estaba contemplado su viaje a la Sultana, por lo que fue una visita agradable y reconfortante para su estima.
En primera instancia se mencionó que Cristian pernoctaría en la capital regiomontana, para regresar este día a la Comarca Lagunera vía terrestre, aunque esa decisión la tomará al despertar y mucho tendrá que ver la curación de sus heridas.
El combate
El venezolano Nehomar Cermeño aprovechó su boxeo poco vistoso pero efectivo para volver a derrotar al lagunero Cristian Mijares, ahora por decisión unánime ante una buena entrada en la Arena Monterrey, para retener la faja interina de peso gallo versión Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
La pelea se encontraba pareja hasta el quinto episodio, cuando vino un cabezazo del sudamericano sobre el mexicano que le reventó la ceja izquierda, situación que mermó la estrategia y desarrollo de la pelea del de Gómez Palacio.
En ese mismo episodio, el “Diamante” tuvo que ser revisado dos veces por el médico, aunque el réferi Mark Nelson no quitó punto alguno ni descalificó al vinotinto radicado en Panamá, que en una pelea cerrada fue beneficiado por los jueces del organismo dirigido por el también venezolano Gilberto Muñoz.
Tanto el juez puertorriqueño Hernando Steidel como el nicaragüense Enrique Portocarrero marcaron un idéntico 116-112, mientras que el norteamericano Ted Guimza apuntó 117-111, todos a favor del monarca universal en las 118 libras (53.524 kilogramos).
En el primer capítulo, Cermeño rápidamente impuso su estilo y puso en malas condiciones a Mijares, que se tambaleó y se salvó de ser enviado a la lona. Para el segundo rollo, el comarcano recuperó terreno en base a golpes certeros.
Nehomar volvió a verse superior en el tercero, aunque Cristian realizó enorme esfuerzo en el cuarto asalto por mantener la igualdad de circunstancias, aunque vino el lamentable choque de cabezas para el quinto.
Con una enorme y profunda cortada arriba del ojo izquierdo, el “Diamante Lagunero” salió a rifársela, pero con más ambición y ganas que con inteligencia, situación que aprovechó y agradeció el campeón para meterle las manos. Los continuos cabezazos de Cermeño volvieron a lastimar al de Gómez Palacio, que vio afectada su ceja derecha.
Mijares olvidó a partir de ahí su jab y su boxeo, aunque la velocidad no la puso en juego ante un adversario que en este aspecto lo superó. Simplemente el lagunero perdió la brújula y entró a fajarse. Cerca estuvo de que le quitaran un punto en el noveno rollo al azteca, debido a un golpe tardío que dio, aunque el tercero sobre la superficie sólo lo amonestó de palabra.
El décimo episodio fue el mejor del lagunero, ya que empezó a boxear y a imponer su estilo con golpes a las zonas blandas que doblaron a su rival, que salió molesto consigo mismo, pero cerró de manera espectacular para conservar su faja, aunque las amplias puntuaciones en las tarjetas no convencieron ni a la esquina de Mijares, ni a los aficionados, ni a la prensa que se dio cita en el inmueble regiomontano.
Casi una hora tardó el lagunero en salir del vestidor y atender a los medios de comunicación porque tuvo que ser atendido por los médicos, por el par de heridas en las cejas provocadas por la cabeza de su verdugo, que ni siquiera fue advertido por su actitud.
