Cuestionan nueva Cédula de Identidad
La Cédula de Identidad que el Gobierno de Felipe Calderón ha anunciado como un algo que serviría para mejorar la gobernabilidad en algún sentido, pero a mi juicio es sólo una forma más de gastar dinero del erario para el control de la ciudadanía de manera ilegal e irregular con fines –entre otros- electoreros y de negocio de particulares.
De manera biométrica pretende el Gobierno credencializar a los mexicanos, registrando sus datos del iris y la retina, las líneas de la mano y las venas más las huellas dactilares. ¿Con que fin? Si ya se cuenta con datos en la tarjeta de elector, el CURP y otros que pueden llevar al mismo lugar al que se pretende. El Gobierno Federal hace uso de la tecnología con el dinero del erario no para hacer buen uso sino para hacer un negocio para unos cuantos en detrimento del propio erario.
Hay que recordar a Peña Garavito en el DF cuando Óscar Espinosa Villarreal era el regente, contrató a una empresa que aún sobrevive, propiedad de Jorge Kahwachi G. y la maestra Elba Esther Gordillo por la suma de 72 millones de dólares para hacer las credenciales de manejo de autos de usuarios del Distrito Federal. Al llegar al Gobierno Cuauhtémoc Cárdenas, se revisaron las adquisiciones y contratos y se investigó particularmente este trato con Jorge Kahwachi y la dependencia a cargo de Peña Garavito y, resultó que empresas especializadas de Italia, Francia y EU en credencialización, cotizaron en menos de 28 millones de dólares el trabajo incluyendo el equipo y la preparación del personal a cargo más garantía de seis años del sistema y el equipo.
La Procuraduría del DF llevó a la cárcel a Peña Garavito y a Óscar Espinosa no lo localizaron por haber huido por otros fraudes al erario de la capital. El asunto se resolvió porque la empresa de Kahwachi y la maestra Gordillo regresaron el anticipo de 36 millones de dólares a cuenta de 72 y punto final al asunto, así se las gastan nuestros políticos. También está el caso del Registro Federal de Automóviles que era otro negocio –fraude- de unos cuantos –mexicanos y extranjeros- para robar de las arcas federales más de 80 millones de dólares. Este asunto culminó con la detención y deportación del torturador argentino de apellido Carvallo. Otro caso: el de la venta –a empresarios de Estados Unidos- del padrón de datos de las credenciales del IFE. Cabe aclarar que en EU para una identificación absoluta de los ciudadanos basta el número del Seguro Social y la Licencia de manejo y ello nos lleva a la reflexión de dudar de las intenciones del Gobierno Federal. Creo que de lo que se trata es de permitirle a Hildebrando –cuñado del presidente Calderón- y asociados, hacer negocios particulares como los de los hijos de Marta Sahagún.
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Torreón, Coahuila
