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Do hard things

Las laguneras opinan

LAURA ORELLANA TRINIDAD

Zac Sunderland nunca olvidará este verano. El 16 de julio completó la travesía que se marcó: durante 13 meses navegó alrededor del mundo, a través de los océanos Pacífico, Índico y Atlántico a bordo del Intrepid, una embarcación de 12 metros. Lo sorprendente es que lo hizo solo y con apenas 16 años.

Este joven adolescente creció junto al mar, ya que su padre se ha dedicado a construir yates y veleros. Justamente a él le pidió prestado dinero para adquirir su embarcación y pagarle con los recursos que piensa recibir del libro que escribirá una vez terminada esta gesta. También consiguió patrocinios para el viaje, tanto para vivir durante ese año como para que su padre pudiera viajar a examinar la nave y constatar que las cosas fueran bien para él. Pasó por Hawaii, las Islas Marshall, Papúa Nueva Guinea, Australia, la Isla Mauricio, el Cabo de Buena Esperanza y el Caribe. El Canal de Panamá fue su última parada --lugar que le causó gran admiración-antes de llegar a su destino, Marina del Rey, California.

Zac quiso emular a Robin Lee Graham, otro joven californiano que en la década del movimiento hippie hizo una travesía similar, en la que sin embargo, invirtió cinco años de su vida. Su embarcación sufrió muchos reveses en el camino y tuvo que detenerse en diversas ocasiones a reparar la nave, sin embargo, estaba seguro de que este viaje le serviría para saber quién era él. Escribió un libro sobre su historia: "Yo sabía qué era lo que me gustaba, qué era lo que quería dejar atrás. Pero también sabía que había algo 'allá lejos' que yo deseaba desesperadamente. Era una posibilidad de ser el hombre que quería ser, una convicción de que había nacido libre, de que tenía unos derechos por nacimiento que no me podían ser negados. (

Estos viajes, que recuerdan los famosos libros de aventuras de Julio Verne, ponen en la mesa la discusión sobre la autonomía de los jóvenes --la capacidad de desvincularse de sus progenitores y prepararse para decidir y actuar por sí mismos-- en la sociedad contemporánea y el papel que la sociedad les asigna. Los padres de ambos adolescentes no estuvieron exentos del miedo de que a sus hijos les sucediera algo en medio del mar y en plena soledad. El padre de Robin Lee externó sus temores y su convicción en una carta a su esposa: "En el fondo de mi corazón sé que lo más justo es haberle dejado marchar. Él se sentía hoy más feliz que nunca, a los dieciséis años, de lo que será mucha gente después de llevar una vida cómoda, alargándola hasta un final seguro (

Zac Sunderland también reflexionó sobre el papel que la sociedad le asigna a los adolescentes: "La sociedad pone a la gente joven de entre 15 a 18 años como en una caja, en la cual nadie espera mucho de ellos. Tienden a pensar solo en que deben ir al colegio y jugar futbol y eso es casi todo, ¿saben? (

Me parece que Robin Lee, Zac y los hermanos Harris tienen mucho qué decir a nuestros jóvenes y con su ejemplo, muchos mitos que derribar ante los adultos. Su testimonio invita a cuestionarnos sobre las bajas expectativas que tenemos de ellos y cuáles son los esfuerzos, esas "hard things" que pueden desarrollar. ¿Quiénes, finalmente, impiden el desarrollo de su autonomía? ¿Ellos o nosotros?

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