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Obama espera breve nacionalización de GM

AP

En un momento de definición para el capitalismo estadounidense, el presidente Barack Obama condujo el lunes a General Motors Corp. hacia la protección por bancarrota y puso al gobierno al volante de la compañía que simbolizó alguna vez la fuerza económica de la nación.

El gigante caído, la compañía industrial más grande de Estados Unidos que se declara en bancarrota, está recortando aproximadamente 21 mil empleos y dos mil 600 distribuidoras. Teniendo piedad de pocas comunidades que viven del sector automotor, la reducción de gastos representa una tercera parte de su fuerza de trabajo en el país y 40% de sus concesionarias.

"Estamos actuando como accionistas renuentes porque es la única manera de ayudar a GM a salir avante", afirmó Obama sobre la nacionalización temporal de la compañía con 100 años de existencia.

Obama dijo el lunes que el paso de GM por un proceso de bancarrota mejorará su situación, calificándolo de "un plan viable". Destacó que la estrategia le permitirá a GM crecer por primera vez en tres años.

La compañía dijo que tiene 172 mil 810 millones de dólares en deudas y 82 mil 290 millones de dólares en activos.

El presidente habló al mediodía sobre el futuro de GM desde Washington. Defendió la intervención del gobierno en la industria automotriz, alegando que el colapso de GM y Chrysler hubiera tenido un efecto devastador para los trabajadores estadounidenses y la economía.

El gobierno tendrá una participación del 60% en la empresa y un papel sin precedentes en su reorganización. Asimismo, el gobierno canadiense asumirá un 12.5%, mientras que el Sindicato Automotriz recibirá un 17.5% de acciones y los dueños de bonos no asegurados recibirán el 10%. Los actuales accionistas de GM al parecer sufrirán pérdidas.

Obama dijo que su política ayudará tanto a General Motors Corp. como Chrysler LLC para que sobrevivan después de un proceso de reestructuración y de bancarrota.

Agregó que su gobierno no tiene otra opción más que intervenir, en una "posición nada halagüeña" al tener una participación financiera en las empresas.

"Lo que no me interesa hacer es manejar a GM", dijo Obama. La única meta es, señaló, poner nuevamente de pie a GM y después "salir rápido".

Ni Obama ni su vocero ofrecieron indicio alguno sobre cuánto duraría el involucramiento del gobierno en GM. "No sé que exista un calendario", dijo Robert Gibbs, secretario de Prensa de la Casa Blanca.

Steve Rattner, jefe del grupo de trabajo del presidente en materia de la industria automotriz, dijo más tarde a reporteros: "No tenemos un calendario específico, no tenemos una fecha límite específica".

El gobierno proporcionará a GM 33 mil 300 millones de dólares adicionales para ayudarle a reestructurarse, además de los 20 mil millones que ya le prestó el Tesoro. GM también obtendrá nueve 500 millones de Canadá.

Horas después de la petición de bancarrota, un juez de quiebras determinó que GM puede tener acceso inmediato a 15 mil millones de dólares en financiamiento gubernamental para el proceso de reestructuración rápida bajo protección judicial.

El juez Robert Gerber emitió la autorización provisional para que el fabricante automotor utilice un financiamiento total por 33 mil 300 millones de dólares, de los cuales 15 mil millones estarán disponibles en las próximas tres semanas. El 25 de junio resolverá sobre la aprobación final del financiamiento.

Gerber estableció para el 30 de junio la audiencia de venta.

Poco después de la declaración de bancarrota habló el director ejecutivo de GM Fritz Henderson en una conferencia de prensa desde Nueva York. Henderson aseguró que la nueva GM será una compañía adelgazada y más rápida que se enfocará más en sus clientes y sus productos.

Henderson aseguró que la empresa se construirá a partir de las partes más fuertes de su negocio, incluyendo sus mejores marcas y productos.La compañía planea enfocarse en cuatro marcas Chevrolet, Buick, Cadillac y GMC y librarse de otras cuatro: Pontiac, Saturno, Hummer y Saab.

Albert Koch, que colaboró con Kmart Corp. durante su proceso de reorganización bajo un tribunal de quiebras, ayudará al principal encargado de reestructurar GM.

Funcionarios del gobierno que pidieron no ser identificados dijeron que se prevé que el proceso bajo el tribunal de bancarrota dure de 60 a 90 días. De ser exitosa, GM será reflotada como una empresa más sostenible con menos trabajadores, un menor número de plantas y de centros de venta.

GM planea cerrar 11 plantas, suspender actividades en tres más y nombrar al comprador de para su división Hummer.

General Motors que fue un importante puntal de la economía estadounidense por un siglo, continuará con sus cuatro marcas principales: Chevrolet, Cadillac, Buick y GMC.

GM reveló el lunes que cerrará permanentemente más de nueve plantas y dejará inactiva a otra tres.

Las plantas de ensamblaje de Pontiac, Michigan y Wilmington, Delaware, cerrarán este año, mientras que las plantas de Spring Hill, Tenesí y Orion, Michigan, suspenderán su producción pero se mantendrán inactivas. Una de las plantas inactivas será adaptada para fabricar un pequeño vehículo que GM planeaba producir originalmente en China.

El promedio industrial Dow Jones cerró el lunes con ganancia de poco más de 221 puntos mientras los inversionistas dejaban pasar la bancarrota de GM enfocando su atención en reportes mejores a lo esperado en materia de manufacturas, gasto del consumidor y gasto en construcción.

El incremento del Dow llegó mientras GM estaba en proceso, por la bancarrota, de ser retirada de las 30 emisoras que lo forman, para ser reemplazada la próxima semana por Cisco Systems Inc.

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Escrito en: General Motors

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