Son muchos los problemas que afectan actualmente a la humanidad, destacan la crisis ambiental profunda que se expresa en el calentamiento global y cambio climático, la pérdida de diversidad biológica ligada a nuestras actividades económicas, la crisis económica, la pérdida de valores éticos, las epidemias que amenazan con convertirse en pandemias y desde luego la crisis alimentaria más vigente que nunca.
En este contexto de desafortunados acontecimientos, existen horizontes alentadores que podrían guiarnos hacia salidas alternativas de las crisis. En la cuestión de la salud pública no debemos dudar de la capacidad científica existente para desarrollar en el corto y mediano plazo las vacunas y antivirales que coadyuvarán con las estrategias preventivas para amortiguar los ataques virales que por lo visto, constituyen una de las principales amenazas de la humanidad.
En el sector agroalimentario la agroecología es una ciencia alternativa al modelo convencional de producción de alimentos, y por lo tanto un horizonte alentador que plantea una posibilidad real a la crisis alimentaria insostenible.
La agroecología aplica de manera ordenada conceptos y principios ecológicos a la producción sostenible de alimentos, pero ésta no es su principal característica, le otorga la misma importancia a la protección ambiental y conservación de los recursos naturales, a la protección de la diversidad biológica y cultural, a la viabilidad económica, y sobre todo, a la provisión de alimentos sanos y seguros.
Los alimentos que se producen agroecológicamente son sanos y seguros porque se prescinde en su producción, de elementos agresivos que contaminan el producto y que podrían tener impactos sobre la salud de las personas que los consumen, de acuerdo con esto, los alimentos agroecológicos tienen, por el contrario, un bajo impacto sobre la salud.
La agroecología ha tenido gran aceptación en el ámbito de los pequeños productores del mundo entero, quienes han desarrollado verdaderos sistemas de producción que incluye no sólo la producción ecológica de los alimentos, incluye también la organización de los productores para mejorar la calidad de sus productos después de la cosecha y la comercialización de los mismos.
Existe otro tipo de asociaciones que han impulsado e innovado verdaderamente la agroecología, se trata de las ONG (Organizaciones No Gubernamentales) agroecológicas, que consisten en grupos de personas que se asocian y actúan en red con diversos propósitos: la producción y consumo de alimentos sanos y seguros, el desarrollo de técnicas agroecológicas, la comercialización directa de sus productos, la educación de niños y adultos para un consumo responsable, la incorporación de la agroecología en los planes y programas de diferentes niveles educativos, para destacar el papel desempeñado por las mujeres en el medio rural, entre otros.
No obstante, el éxito observado en pequeños agricultores y en las ONG agroecológicas, ha etiquetado a la agroecología como un modo de producción a baja escala. Lo cual obviamente es falso. A decir de uno de los agroecólogos más influyentes de la actualidad, el doctor Miguel Altieri, los principios de la agroecología son aplicables a cualquier escala, como ejemplo menciona las grandes superficies de viñedos y frutales de California que son manejados acorde a la agroecología, y las más de 30 millones de hectáreas que se manejan orgánicamente en el mundo entero.
La agroecología es un paradigma alternativo en la producción de alimentos y fibras, es un horizonte alentador que debe ser apoyado por aquellos que desarrollan y operan políticas públicas, que puede adoptarse como proyecto político en un momento en el que las alternativas saludables son más necesarias que nunca. Son muchos los países, o sectores dentro de éstos, que han tomado a la agroecología como modelo para impulsar las buenas prácticas agrícolas, en Latinoamérica destaca Cuba y Brasil, en donde la agroecología ha llegado a ser una política pública.
